Domingo De Resurrección
¿Qué es la Resurrección?
El Domingo de Resurrección, también conocido como Domingo de Pascua o Domingo de Gloria, es el culmen de toda la Liturgia Pascual y la celebración más importante del calendario cristiano. En este día glorioso, conmemoramos la victoria definitiva de Jesucristo sobre la muerte, el fundamento mismo de nuestra fe.
La Resurrección no es solo un evento simbólico, sino un hecho histórico y sobrenatural que cambió el rumbo de la humanidad. Como dice San Pablo en la Carta a los Romanos:
“Una vez Resucitado de entre los muertos, ya no muere, la muerte no se enseñorea más de Él.” (Romanos 6:9)
¿Por qué se le llama Pascua?
La palabra "Pascua" proviene del hebreo Pesaj, que significa "paso". Originalmente hace referencia al paso del ángel del Señor que salvó a los primogénitos hebreos en Egipto. Para los cristianos, este "paso" cobra un nuevo sentido: el paso de la muerte a la vida por medio de Cristo. Jesús es nuestra Pascua, el Cordero inmolado que venció al pecado y nos abrió el camino a la vida eterna.
Historia
Los Evangelios narran que al amanecer del primer día de la semana, un grupo de mujeres se dirigió al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús, según la costumbre. Pero al llegar, encontraron la piedra removida y el sepulcro vacío. Allí recibieron el anuncio que cambiaría el curso de la historia:
“No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.” (Mateo 28:6)
La Resurrección de Cristo es un acontecimiento real, que dejó huellas visibles y fue atestiguado por múltiples testigos. Los Apóstoles dieron su vida por este testimonio. San Pablo escribe:
“Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; fue sepultado y resucitó al tercer día… y se apareció a Cefas, luego a los doce…” (1 Corintios 15:3-5)
Sentido y esperanza
La Resurrección no solo confirma la divinidad de Jesús, sino que nos da una esperanza viva:
“Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho... así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (1 Cor 15:20-22)
Por la Resurrección, los cristianos hemos nacido de nuevo a una vida nueva. Como dice San Pedro:
“Nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la Resurrección de Jesucristo…” (1 Pedro 1:3)
Todo sufrimiento adquiere sentido a la luz de la Resurrección. Sabemos que nuestra vida no termina con la muerte, sino que estamos llamados a la gloria eterna:
“Yo soy la Resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá.” (Juan 11:25)
El perdón y la vida nueva
Creer en Cristo y en Su Resurrección es la puerta al perdón y la vida eterna. La fe y el arrepentimiento sincero nos unen a Él y nos hacen partícipes de su victoria. Jesús no solo predicó la buena noticia, sino que la selló con milagros que confirmaban Su mensaje.
Milagros de Resurrección
Los Evangelios nos narran tres momentos en los que Jesús devolvió la vida a los muertos:
1. El hijo de la viuda de Naín
“Joven, a ti te digo, levántate.” Y el que había muerto se incorporó y comenzó a hablar. (Lucas 7:13-16)
Jesús mostró compasión profunda por esta madre, recordándonos que Él siempre está atento a nuestro dolor.
2. La hija de Jairo
“Talita cumi”; que significa: Niña, a ti te digo, levántate.” (Marcos 5:41)
Aun cuando la muerte parecía definitiva, Jesús reveló Su autoridad incluso sobre ella.
3. Lázaro
“¡Lázaro, sal fuera!” Y el que estaba muerto salió atado de pies y manos… (Juan 11:43-44)
Este milagro, realizado pocos días antes de su propia Pasión, anticipa el poder con el que Jesús vencería la muerte.
El poder de la Resurrección
Celebrar la Resurrección de Cristo es celebrar nuestra propia liberación del pecado, del miedo y de la muerte. Es proclamar con gozo que:
“La tumba está vacía. ¡Él vive y regresa pronto!”
La Resurrección nos invita a renovar nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor. Es el corazón del mensaje cristiano y el anuncio que transforma el mundo.
