El desierto de Sonora, ¡un lugar lleno de vida!

Paseos por una aridez llena de vida

Un paseo por el mayor desierto de Norteamérica.

La Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar es una enorme zona natural de 714 556 hectáreas y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se considera una de las regiones más áridas del mundo y tiene una rica vegetación endémica de cactáceas, reptiles, anfibios, mamíferos terrestres, aves, insectos y arácnidos. Aquí viven los últimos berrendos sonorenses y otras especies en extinción, como el borrego cimarrón, el monstruo de gila, la tortuga de desierto y algunos camaleones.

Si observáramos México desde el espacio, veríamos que al noroeste, en el extremo norte del golfo de California o mar de Cortés, hay una franja café llena de cráteres, montañas y arena. La mitad de ese sistema natural se encuentra en Sonora y la otra en Arizona, Estados Unidos. Ambas regiones están protegidas y son tierras sagradas de los o?odham o pápagos, grupo indígena que se distribuye a ambos lados de la frontera y que nombraron Schuk Toak a la montaña más alta de la región, el lugar desde donde se creó el mundo según sus creencias.

Aunque es muy extenso, gran parte de su belleza es accesible gracias al buen trabajo del centro de visitantes, donde hay un equipo de científicos y locales que han protegido la zona y la han mantenido casi intacta. Antes de aventurarse es necesario ver un documental que explica la importancia del lugar y escuchar los consejos de seguridad. Una vez en marcha, y apenas al salir del centro de visitantes, un piso de piedra volcánica forma un sendero entre cactus y plantas desérticas. Es un río de lava petrificada que provino de una erupción de hace 4,000 años. La disposición de las plantas es tan perfecta que parece un jardín diseñado por alguien. Al fondo destaca la sierra Blanca, así como montañas de granito brillante y gris que, al atardecer, se pintan de los colores del cielo.

Para llegar al siguiente circuito, conformado por cráteres, hay que usar un vehículo, dirigirse hasta el kilómetro 52 de la carretera 8 y pagar una cuota de acceso que incluye un mapa de la ruta interna de terracería, la cual abarca 76.5 kilómetros y tiene 11 senderos interpretativos. Aquí nos indican que el lugar es visitado por unas 15 000 personas al año, la mayoría de Estados Unidos y Europa.