La Reforma Mexicana frente al Espejo Global, ¿Es justa?
Las recientes protestas de agricultores en el norte de México, con bloqueos carreteros y manifestaciones en estados clave como Chihuahua y Sonora, han puesto sobre la mesa un debate fundamental para el futuro del país: ¿De quién es el agua y quién decide su destino?
La inconformidad, cristalizada en la voz de productores como Gerardo Fierro, surge ante la propuesta de reforma a la Ley General de Aguas impulsada por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. El núcleo de la discordia no es solo la escasez, sino la certeza jurídica. La reforma busca impedir la transmisión de derechos de agua entre particulares, bajo la premisa de recuperar la rectoría del Estado y evitar la especulación. Sin embargo, para los agricultores, esto significa que el gobierno "acapare" los permisos, eliminando el valor patrimonial de sus tierras y dejándolos a merced de decisiones burocráticas centralizadas.
Para entender la magnitud de este cambio, es necesario mirar cómo resuelven este dilema otras potencias agrícolas que, al igual que México, enfrentan estrés hídrico.
1. El Conflicto: Rigidez vs. Flexibilidad
La propuesta mexicana apuesta por una rigidez administrativa: el agua es de la nación y la concesión es intransferible. Si un agricultor ya no la usa, debe devolverla al Estado, quien decidirá a quién asignarla después.
El temor del sector agrícola es doble:
- Pérdida de Patrimonio: Una tierra de cultivo sin un derecho de agua garantizado pierde hasta el 80% de su valor comercial.
- Ineficiencia: Si un agricultor necesita agua urgentemente y su vecino tiene de sobra pero no la usa, la ley impediría un acuerdo entre ellos, obligando a un trámite burocrático que podría tardar años.
2. El Laboratorio Global: ¿Cómo lo hacen otros?
Al observar el derecho comparado, notamos que la mayoría de los países con economías agrícolas fuertes han optado por mercados regulados en lugar de prohibiciones totales.
Australia: La Desvinculación.
En la cuenca Murray-Darling, Australia aplica el modelo opuesto al que propone México.
- El Modelo: El título de propiedad de la tierra y el título del agua son documentos separados.
- La Práctica: El agua cotiza en un mercado abierto. Un agricultor puede vender su agua de forma permanente o temporal (arrendamiento estacional) a quien pague más o la necesite más.
- Lección para México: Este sistema maximiza la eficiencia (el agua va al cultivo más rentable), pero tiene un riesgo social alto: crea "barones del agua" (inversionistas que compran agua sin tener tierra). La reforma mexicana intenta evitar esto a toda costa, pero al hacerlo, elimina también la flexibilidad que salvó a la agricultura australiana durante la "Sequía del Milenio".
Estados Unidos (Oeste): "Úsalo o piérdelo"
En estados como California y Colorado, el sistema se basa en la antigüedad .
- El Modelo: Los derechos son propiedad privada transferible, pero bajo la regla estricta del "Uso Beneficioso".
- El Candado: Si un agricultor deja de usar su agua por un periodo (generalmente 5 años), el derecho caduca y regresa al sistema.
- Lección para México: EE. UU. permite la venta de derechos (incluso de agricultores a ciudades), lo que da liquidez al campo. El candado de "úsalo o piérdelo" evita la especulación (tener agua guardada sin usar) sin necesidad de que el Estado prohíba las transferencias.
España: El Modelo Híbrido (Cesión de Derechos)
España ofrece el paralelo más cercano a la tradición jurídica mexicana (el agua es dominio público).
- El Modelo: La Ley de 1999 legalizó los "contratos de cesión". Los regantes pueden vender agua a otros usuarios de la misma cuenca.
- El Candado: Toda transacción debe ser aprobada por la Confederación Hidrográfica y, crucialmente, no se puede vender agua "de papel" (derechos que no se han usado históricamente).
- Lección para México: España demuestra que es posible mantener la rectoría del Estado (que autoriza la venta) sin asfixiar la iniciativa privada, permitiendo que los agricultores se ayuden entre sí en tiempos de crisis.
3. Soluciones Intermedias: ¿Cómo evitar el acaparamiento sin bloquear la economía?
La preocupación del gobierno mexicano sobre el "mercado negro" y la especulación es legítima, pero la solución de prohibir toda transmisión es vista por los expertos como una medida que podría paralizar el campo.
Existen mecanismos ("candados") probados internacionalmente que funcionan como punto medio:
A. La Caducidad por No Uso (El Remedio Anti-Especulación)
En lugar de prohibir que se venda una concesión, la ley puede establecer que si una concesión no se utiliza productivamente durante 2 o 3 años consecutivos, se cancela automáticamente. Esto obliga a que quien tenga el agua, la use para sembrar, impidiendo que alguien acapare títulos solo para revenderlos o presionar políticamente.
B. Restricción de Usuario (Solo Agricultor a Agricultor)
Para evitar que grandes corporaciones financieras compren el agua (el miedo de "privatización"), se puede legislar que las transferencias de derechos solo sean válidas entre productores agrícolas activos y dentro de la misma cuenca hidrológica. Esto mantiene el agua en el sector primario y protege la soberanía alimentaria.
C. El "Peaje Ambiental"
En algunos mercados de agua, cuando el Agricultor A le cede derechos al Agricultor B, el Estado retiene un porcentaje (ej. el 10 o 20%) para el caudal ecológico de los ríos. Así, el mercado privado financia la restauración ambiental.
La protesta de los agricultores mexicanos refleja el choque entre dos visiones: el agua como derecho humano gestionado por el Estado y el agua como insumo productivo y patrimonio privado.
La experiencia internacional sugiere que cerrar totalmente la puerta a la transmisión de derechos (como propone la reforma) puede generar rigidez, mercados negros y desinversión en el campo. Los países exitosos no prohíben el intercambio; lo regulan estrictamente para que el agua fluya hacia donde genera más valor, sin dejar que nadie la acapare sin trabajarla. El reto para México será encontrar ese equilibrio antes de que la sequía y el conflicto social se agudicen.