¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTES LOS AMIGOS EN LA INFANCIA?

LOS PADRES NO DEBEN IMPONER LAS AMISTADES A SUS HIJOS

TAMPOCO DEBEN TENER ‘MEJORES AMIGOS’ EXCLUYENTES

Volvamos la vista atrás y viajemos por unos segundos a nuestra niñez. Quizá, ahora con el paso del tiempo, recordemos con más nostalgia que tristeza a aquellos viejos amigos de la infancia con los que tantas tardes de juegos compartimos. Seguramente, muchos de ellos aún siguen formando parte de nuestra vida y de nuestro círculo íntimo de amistades, los demás al menos, estarán de por vida en nuestro álbum de fotos.

fuente: https://silviaalava.com/

Ahora, con la llegada de la Navidad, puede ser un buen momento para reflexionar: ¿Qué importancia tienen los amigos del parvulario? ¿Por qué es tan beneficioso que los niños jueguen con otros niños de su edad, y vayan poco a poco afianzando sus lazos de afecto?

La bibliografía ha constatado con claridad que tener compañeros de juego durante la infancia hace que los niños se sientan más seguros, tengan un mejor autoconcepto de sí mismos, mejores habilidades sociales y mayor capacidad para regular sus emociones. Algunos autores hablan, incluso, de una mejora en la creatividad y en el rendimiento escolar. Sin duda, una de las claves de la felicidad- de pequeños y de adultos- es tener amigos. Por citar un estudio reciente, el informe How’s Life? (‘¿Cómo va la vida?’) mostraba cómo una de las diez claves para ser feliz era tener amigos y contar con una amplia red social.

COMPAÑEROS DE JUEGOS, CLAVE

Silvia Álava, psicóloga del centro Álava Reyes Consultores y autora del reciente libro Queremos que crezcan felices. De la infancia a la adolescencia asegura a EL MUNDO que la amistad en la etapa de primaria (de 6 a 12 años) todavía no es como la que concebimos en la adolescencia. Según explica la especialista en el citado libro, hasta los seis-siete años, los amigos son circunstanciales, es decir, puede ser el amigo con el que jugamos en el parque, un vecino etc, niños con los que jugamos y compartimos momentos. A partir de los nueve años, aproximadamente, ese concepto de amistad se intensifica y empiezan a aparecer ciertos afectos. El niño ya no es sólo un niño con el que jugar sino que además,empieza a formarse un vinculo emocional, pero todavía no entiende la amistad del mismo modo que lo hace por ejemplo, un adolescente.

Los grupos de amigos empiezan a formarse en torno a los 10-12 años, los niños suelen tener grupos más grandes y generalmente relacionados con el deporte, y las niñas, por su parte, tienen grupos más cerrados donde comparten charlas, incluso secretos y confidencias.

«En la infancia, sobre todo al principio de la etapa, se juntan por intereses, pero también cuando perciben que pueden recibir la ayuda de otros», añade por su parte Marta Sánchez, psicóloga en la UPAT, Unitat de Psicologia i Assessorament Tres Torres (Unidad de Psicología y Asesoramiento Tres Torres). Esto es, tienen muy en cuenta el niño que les ayuda, que les deja por ejemplo, en un momento determinado el material escolar, los deberes, que cuenta con él a la hora de hacer equipos en educación física etc. Está claro que la amistad en la infancia no es como la entendemos de adulto, pero «para concebir la amistad y desarrollarla de la manera en que lo hacemos en la adolescencia es imprescindible haber pasado ente las etapas anteriores», asegura.

YO COMO PADRE, ¿QUÉ HAGO?

El proceso de socialización de los niños tiene que ser seguir su curso de forma progresiva y natural, sin forzar nada. Algo muy importante es que los padres no deben imponer al niño sus amigos, sino que tiene que ser él quien los elija, sin embargo, los padres van a tener un papel muy destacado «Deben fomentar la relación con otros niños, porque hay niños que son muy adultos porque siempre están rodeados de adultos», afirma Sánchez.

  • Actividades grupales: para el desarrollo del niño, es muy positivo que asistan a actividades extraescolares grupales. «Los padres han de fomentar la socialización para que su hijo no esté en casa por las tardes viendo la televisión o jugando con la tablet», indica Sánchez.
  • Ir a merendar a casa de otros niños o traerlos a casa: algo muy común, y recomendable a estas edades, es traer a casa a amigos a merendar para que así los niños puedan jugar juntos, o ir bien ir a la casa de algún amigo. Sin embargo es importante que el niño consulte con sus padres estas decisiones, porque aún es pequeño para decidir por sí mismo. «Los niños no pueden autoinvitarse, tienen que entender que son los padres los que deben organizar estas cosas. Por ejemplo: Me ha llamado la madre de Juan para que vayas esta tarde a jugar a casa. Eso sí, pero no que el niño venga del colegio y digaMamá, esta tarde me voy a jugar a casa de Juan«, aclara Álava.
  • Los padres, modelos para los hijos: a los niños que son más tímidos es importante no agobiarlos y que sean ellos mismos de forma natural quienes vayan pidiendo ciertas cosas. Sin embargo, aquí sí es crucial el papel de los padres. «En estos casos, hay que dar confianza al niño. Por ejemplo, invitando a un niño (y no a tres) a jugar en casa, para que así el niño se sienta más arropado en casa con sus padres. Incluso, el padre puede jugar con ellos al principio. El padre es un modelo para este niño, por tanto que sean un modelo también, en el proceso de socialización y juegue con ellos», explica Sánchez. Otra opción muy recomendable es buscar una actividad fuera de casa que le guste al niño, que no sea impuesta, pero que le guste. «Los padres tienen que ser sus acompañantes, que jueguen, que se impliquen».
  • Amistades no excluyentes: otro dato muy curioso es el concepto de mejor amiga, sobre todo en las niñas, que aparece en estas edades. Las niñas suelen decir: ‘Yo tengo que tener una mejor amiga, y ahora Fulanita ya no es mi mejor amiga sino que es la mejor amiga de Menganita, ahora mi mejor amiga es…’ «Los padres deben aconsejar a sus hijos en que los amigos nunca son excluyentes, y que cuantos más tengamos, mucho mejor. No debemos fomentar, como padres, las amistades excluyentes», concluye Álava.