Profesor José Carmelo Rivera
José Carmelo Rivera, nacido en Caborca, Sonora, en 1877, proviene de una familia con una destacada tradición de lucha por la soberanía nacional. Sus padres fueron Francisco Carmelo y Eloísa Rivera, y su abuelo, Mariano Carmelo, residente de Pitiquito, falleció en Caborca en 1857 durante la resistencia contra la invasión filibustera de Henry Alexander Crabb.
Desde temprana edad, José Carmelo demostró un profundo interés por la educación y la historia. A los 13 años, en 1890, ingresó como pensionado al histórico Colegio Sonora. Continuó sus estudios y se destacó como maestro, comenzando su carrera en la capital del Estado. Durante ese tiempo, fue comisionado por las autoridades de Educación para servir como Sinodal en las Escuelas Oficiales del puerto de Guaymas, desempeñando su función de manera ejemplar.
En 1897, ya establecido en Pitiquito, contrajo matrimonio con Dolores Carmelo Lizárraga. Además de su labor como educador, José Carmelo participó activamente en la comunidad, siendo miembro de la Junta de Sanidad de Pitiquito en 1897 durante una epidemia de viruela, donde también ofreció su casa para la aplicación gratuita de linfa vacunal.
Fue Presidente Municipal de Pitiquito en los periodos 1904-1905 y 1920-1921, y ocupó el cargo de Secretario del Ayuntamiento en varias ocasiones. En 1906, fue nombrado Director de la Escuela Primaria de Varones en Cananea, Sonora, destacándose como pensador revolucionario con un profundo contenido moral.
Identificado con el movimiento huelguístico de los trabajadores de la mina en 1906, José Carmelo mostró simpatía hacia los precursores intelectuales de la huelga, como Esteban Baca Calderón, a quien dirigió una sentida carta de solidaridad tras su encarcelamiento.
De ideología socialista radical, José Carmelo Rivera abogó por mejorar las condiciones de vida material y económica del pueblo mexicano, a la par de promover la educación como herramienta liberadora de la ignorancia.
Tras varios años en Cananea, participó en los convenios en "Ojo de Agua" durante el triunfo de la Revolución, facilitando la entrega de la plaza a las fuerzas revolucionarias. Regresó a Pitiquito y en 1920 fundó la Sociedad Cooperativa Mercantil, buscando equilibrar el desarrollo económico local.
En abril de 1927, después de 33 años como maestro, fue jubilado con una modesta pensión por el Gobierno del Estado. Se menciona, aunque no está comprobado, que en 1924 rechazó una invitación del General Plutarco Elías Calles para formar parte de su gabinete como Secretario de Educación Pública, argumentando que no estaría dispuesto a renunciar a sus principios éticos y filosóficos.
Por desavenencias políticas, debido a su radicalismo y anticlericalismo, se trasladó con su familia a Mexicali, Baja California, donde residió hasta su fallecimiento el 18 de mayo de 1938. Fue sepultado en el Panteón Municipal de esa ciudad.
El legado del Profesor José Carmelo Rivera perdura como un ejemplo de compromiso con la educación, la justicia social y la lucha por un mejor futuro para el pueblo mexicano.