San Diego Santo: Biografía y el Milagro de las Flores

Cultura 12 de nov. de 2021

San Diego Santo, o San Diego de Alcalá, fue un fraile franciscano nacido en España y que fue llevado a Santo por la Iglesia Católica, además también fue un misionero en las Canarias, que fue canonizado por Sixto V en 1588, también se le conoce como Fray Diego de San Nicolás, pero te invitamos a que sigas leyendo el artículo para que conozcas todo sobre su vida.

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Biografía de San Diego Santo de Alcalá

San Diego de Alcalá nació a finales del siglo XIV, en el Pueblo de San Nicolás del Puerto, en el norte de Sevilla, en la llamada Sierra Morena, España. Su familia era muy sencilla, devotos cristianos le colocan el nombre Diego, por una derivación de Santiago el patrón de España. Desde muy joven tomó una vida de consagración dedicada a Dios, haciéndose ermitaño en la Capilla de San Nicolás de Bari, y después se va al de Albaida con la ayuda de un sacerdote ermitaño que hizo de su guía espiritual.

Cuando era joven se fue a hacerle compañía a un familiar en el campo y este fue quien le enseñó a orar y meditar y sobre todo en pensar en la figura de Jesús crucificado. Hizo labores manuales y recogía leña para ganarse la comida y ayudar a otras personas pobres, con la convicción que aquel que daba más, mucho más recibía, entonces las personas comenzaron a llevarle más limosnas para que las repartiera entre los más necesitados.

Cuando lee la vida y obra de San Francisco de Asís, tomó un gran entusiasmo por la manera en que este santo vivió, y comenzó a preocuparse por su popularidad en la tierra ya que esta no le dejaba vivir en soledad y recogido en oración, así que decide irse donde los franciscanos para le admitieran como religioso. Fue una persona de pocos estudios, pero tenía una gran iluminación que venía del cielo, se demostraba muy apto para responder preguntas de tipo espiritual, y por más difíciles que estas fueran, sus respuestas llenaban de admiración a mucha gente.

Cuando se va en una misión a las Islas Canarias logra la conversión de mucha gente que estaba considerada pagana y no dejo que los esclavistas se llevaran a los nativos para explotarlos. Como excepción a la regla franciscana que ningún hermano lego podía ser nombrado superior de la orden, este recibió este honor y realizo un buen trabajo. Cuando fue en peregrinación a la beatificación de San Bernardino de Siena estaba acompañando al Padre superior Alonso de Castro, el cual enfermó y atendió de manera personal con esmero y delicadeza.

Allí duró tres meses atendiendo en un hospital improvisado, a muchas otras personas que enfermaron por una epidemia haciendo curaciones milagrosas en personas que se pensaban eran incurables. Trabajó de portero en varios conventos, y siempre llevaba en su delantal comida para entregársela a las personas pobres, siempre regalaba todo lo que podía encontrar.

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Sus últimos años de vida se dedicó a hacer oración todo el día, cuando veía una cruz se quedaba en estado de éxtasis contemplándola, y de la misma manera amaba a la Virgen María. De acuerdo a muchos relatos de la época este tomaba aceite de la lámpara de iluminación a la virgen y se la untaba a los enfermos, y estos se curaban de manera inmediata. Murió el 12 de noviembre de 1463, pidiendo un crucifijo y haciendo el recital del himno:

“Dulce leño, dulces clavos que soportaron tan dulce peso”

Después de decir estas palabras murió suavemente como si se hubiese quedado dormido. En su sepulcro se cuenta que se obraron muchos milagros, después de haber pasado 25 años de su muerte fue canonizado.

Profesión Religiosa

Después de pasar por Albaida es cuando se confirma en su vocación como religioso por lo que decide irse al Convento de san Francisco de la Arruzafa que está en Córdova, ingresa como un hermano lego de la Orden de los Frailes Menores de la observancia o llamados también Franciscanos de la Observancia, al ser un hermano lego quiere decir que no es un sacerdote, por eso se le nombra como el patrón de los hermanos lego.

Mientras estuvo allí visitó no solamente Córdova, sino también Sevilla y Cádiz, por lo que su estancia en estas ciudades también es objeto de devoción. El convento de Arruzafa es uno de los que ha mantenido la primitiva observancia franciscana que se caracterizaba por su rigurosidad y que fue fundado por Fray Pedro Santoyo en 1409. E, sitio en donde estaba ubicado después que fue demolido se construyó allí un Parador turístico.

Misión en Canarias

Fue enviado como misionero en el año 1441 a Islas Canarias, en el Convento de Arrecife en la Isla de Lanzarote, allí fue el portero del convento y practicó la caridad muchas veces, en ocasiones en demasía, después paso al Convento de Fuerteventura hasta el año 1449 cuando regresa a España. Fue guardián del convento por cuatro años. En el año 1402 estas Islas Canarias fueron reclamadas por Jean de Béthencourt, quien las quería colonizar, pera ya los franciscanos estaban allí evangelizando.

Dentro de los hermanos menores surgió una reforma en el año 1422 que es cuando nacen los Franciscanos Observantes, cuando muere su primer Guardián todo pensaron en sustituirlo con Fray Diego, el cual tuvo que trasladarse a este lugar, ellos saltaron la orden que ningún hermano lego debía ser encargado de ninguna de las funciones de gobierno de la orden. Se fue a la Gran Canaria pero debido a una tormenta debió regresarse a Buenaventura, después le dieron la orden que se regresara a Sanlúcar de Barrameda.

Peregrinación a Roma

Se va en una peregrinación a Roma, para la celebración del jubileo del año 1450, el cual fue convocado por el Papa Nicolás V y donde se iba a canonizar a Bernardino de Siena, fue junto a miles de franciscanos, pero muchos de ellos se fueron enfermando, debido a una epidemia que cayó en Roma, por lo que el convento de Araceli se debió convertir en un gran enfermería, en donde Fray Diego se ocupó personalmente de la dirección por tres meses y curando personalmente a los enfermos.

Regreso a España y muerte

Cuando vuelve a España pasa nuevamente por varios conventos entre los que se encuentran Nuestra Señora de la Salceda en Tendilla. Para 1456 se va al Convento Santa María de Jesús (Alcalá de Henares) que se había terminado de construir por Alfonso Carrillo el Arzobispo de Toledo. Fue el convento de mayor antigüedad que se fundó en la ciudad, está fuera de sus murallas y actualmente allí funciona una Universidad.

El resto de la Vida de Fray Diego transcurrió en este convento, siete años en total, haciendo funciones de jardinero y portero, al morir tendría más de 70 años, sus restos mortales fueron llevados a la Catedral Alcalá de Henares, en donde se encuentran en una urna de plata elaborada en el siglo XVII y su cuerpo incorrupto es expuesto todos los 13 de noviembre.

Para las personas más humildes Fray Diego fue muy popular, así que muchas personas fueron a su tumba entre ellos personas de mucho poder, entre los que están Enrique IV de Castilla, el cual le pide que cure a Juana la Beltraneja, también fueron varios cardenales de Toledo, príncipes de España y hasta el Rey Felipe II, todos con la confianza que era un hombre milagroso.

Felipe II mandó que enviraran el cuerpo del fraile hasta las cámaras regias para pedirle un milagro por la vida de su hijo el Príncipe Carlos en el año 1562, este estudiaba en Alcalá de Henares y cayó por las escaleras en el Palacio Arzobispal, dándose un fuerte golpe en la cabeza, el joven se recuperó y fue uno de los milagros que se tomaron en cuenta para su canonización y que fue popularizado por el escritor Lope de Vega.

Canonización

Este sería el único santo que fue canonizado durante el siglo XVI, el proceso fue iniciado por el Papa Pio IV y se realizó el 10 de junio de 1588 por el Papa Sixto V. El que quiso hacer este proceso fue el Rey Felipe II de España, por haber salvado a su Hijo Carlos. Fue el primer santo español de la llamada Edad Moderna, y el primer milagro de los seis que se pedían por la Sagrada Congregación de Ritos, fue la salvación del príncipe Carlos. Otro de los milagros aprobados fue la salvación de un niño, cuando viajó a Arruzafa, este se había metido dentro de un horno y se había quedado dormido, cuando fue encendido, pidieron la mediación de Fray Diego y de pronto el niño apareció afuera del horno sin una sola quemada.

Devoción

Al ser un santo de mucha popularidad, en muchos conventos, capillas e iglesias se le ha colocad su nombre, de hecho hay una en california, Estados Unidos. Se le nombró el patrón de los Franciscanos legos, de la ciudad de San Nicolás del Puerto en Sevilla, de la ciudad almeriense de Cuevas del Almanzora, de Cogolludo y Ayamonte. En la ciudad de Baena los miércoles santos, sale la procesión de la Cofradía de Nuestro padre Jesús del Huerto de la que también es cotitular.

También es patrón de Tuéjar y de la comarca de Los Serranos, de la población de Almendricos, en Lorca, provincia de Murcia. En las Islas Canarias los estudiantes le celebran en una fiesta no oficial a la que llaman la Fuga de San Diego, esta consiste en hacerle honores en la ermita que está en extramuros de la ciudad de San Cristóbal de la Laguna en Tenerife. Esta fiesta los estudiantes debían contar los botones de la túnica de la estatua del fundador del convento, aquellos que acertaran en el número se decía que aprobarían todos los exámenes, en la actualidad aun es celebrada aunque ya no van a la ermita, sino que se toman el día para no ir a clases.

La fiesta de San Diego de Alcalá se hace en las Canarias, en la ciudad de Tuinete y en Gran Tarajal, que anteriormente era Fuerteventura. En América es venerado en México y en Estados Unidos en las ciudades de San Diego en California, el Condado de San Diego y en la Misión de San Diego.

San Diego en el arte

La figura de San Diego de Alcalá fue tomada por muchos grandes artistas, entre los que están Lope de Vega quien escribió un soneto llamado La verde yedra al tronco asida y una comedia llamada San Diego de Alcalá. En las pinturas se le pintaba como un joven sin barba que portaba unas llaves y tomando en sus manos el escapulario y un delantal lleno de flores.

En otras imágenes se le ha representado mostrando la caridad en las puertas del convento y que se ha convertido en una de sus leyendas, ya que sus superiores pensaban que era muy excesivo en sus caridades, en la cual el llevaba algunos panes ocultos en su delantal para seguir repartiendo a los pobres, así que estos le siguieron para regañarlo, pero cuando le revisaron solo encontraron rosas en el delantal.

Los artistas que le han pintado de manera sublime han sido Zurbarán, Ribera, Murillo, Gregorio Fernández, Alonso Cano y Pedro de Mena, todas en escenas de su vida en cuanto a las obras de caridad y algunos de sus milagros. También Annibale Carraci le pinto un ciclo de frescos en la Iglesia de Santiago de Los Españoles en la ciudad de Roma.

La polémica con su toponímico

En todo el tiempo que vivió Fray Diego siempre se usaba el nombre de su ciudad natal que era San Nicolás del puerto, este nombre se usa hasta en su canonización, pero en el santoral se le conoce con San Diego de Alcalá, que fue la última ciudad en donde vivió y donde murió, además de que allí es donde están sus restos mortales y reliquias. El Nombre San Diego de Alcalá lo popularizó Lope de Vega cuando lo usa en una de sus comedias en donde se argumentaba la vida del santo.

En el Santoral Hispalense, Alonso Morgado consideraba que se le debía colocar la ciudad  natal de San Diego en vez de Alcalá, este mismo problema lo tienen San Antonio de Padua que nació en Lisboa (Portugal) y muere en Padua (Italita) y con Isidoro de Sevilla, el cual nació en Cartagena. Pero esto no ha sido un motivo para dejar de expresar devoción al santo, ya que la misma se ha extendido a diversos países fuera de España.

San Diego y el Milagro de las Flores

Se dice que cuando Fray Diego llegó a Alcalá en el año 1456 para ingresar al Convento de Santa María de Jesús que había sido fundado por el arzobispo Carrillo, le encomendaron que fuera el portero del mismo, por eso mantenía un contacto cercano con las personas de la ciudad y sobre todo con aquellos más pobres. Como era costumbre los hermanos franciscanos daban una parte de su comida como limosna para estas personas, así que se decía que el fraile iba a la despensa y tomaba toda la comida que podía para dárselo a ellos.

Este milagro esta archivado en la causa de canonización del santo en la Santa sede del Vaticano, el mismo está en latín, la historia es del padre Fray Melchor de Cetina, en su obra Discursos sobre la Vida y milagros del Glorioso Padre San Diego del año 1609. Allí está escrito que el guardián del convento le había pedido a los hermanos que fueran moderados cuando dieran las limosnas, ya que el año era difícil, esta misión se la dejo al encargado de la cocina, que solamente él sería quien ordenara a quien se entregaría el pan de las limosnas.

Cuando el guardián sale se encuentra a Fray Diego que llevaba las mangas llenas de panes que acababa de tomar de la cocina para ir a repartirlas a los pobres, el superior tiro de su hábito, penando que había desobedecido sus órdenes y del mismo solo cayeron rosas, el guardián se quedó sorprendido de la cantidad de rosas que había ya que no era temporada de las mismas, este milagro debía ser permitido a Fray Diego para que siguiera llevándose los panes ya que entendió que Dios, ayudaría al convento a subsistir en ese duro año, tal y como sucedió.

En otra obra de Fray Antonio Rojo llamada Historia de San Diego de Alcalá y frutos de santidad del año 1663 se cuenta esta historia pero en vez de ser el guardián quien tumbe el hábito de Diego, este le pregunta que por que siendo un año tan duro estaba llevándose el pan que era el sustento de todos los monjes, para dárselos a los pobres, si ya a estos se les daba lo necesario de cada día y si quería que a sus hermanos les faltara la comida.

Fray Diego le contesta ¡Cual pan!, regístreme que yo en mis faldos y mangas solamente llevo rosas, el guardián le abrió los mismos y vio que en realidad solamente había rosas, este quedo maravillado y le dejó que se fuera hasta la portería nuevamente, y luego pudo ver cuando este llego allí que en vez de rosas sacó los panes y comenzó a entregarlos a los pobres.

Ahora bien el sacristán Mayor del convento Fray Diego Álvarez escribió en 1753 una obra con el nombre de Memoria ilustre de los famosos hijos del Real, grave y religioso del convento de Santa María de Jesús tiene una versión de más ternura con respecto a este milagro. Dice que él se aprovechó de un descuido del encargado de la cocina y se llevó los panes que estaban en la mesa y eran destinados a la comida de los frailes. Se encuentra con el Guardián Fray Juan de Peñalver este le dice de manera cariñoso:

-A ver fray Diego que es el bulto que tiene en el enfaldo y que llevas con tanto celo, a lo que fray Diego le responde con la cara roja de la pena y bajando la cara, que viera que solo llevaba flores.

Le mostró el enfaldo y había un ramillete de rosas recién cortadas y azucenas, al guardián lo toma una sorpresa ya que era invierno y no había flores en las plantas. El Guardián le preguntó dónde las había conseguido con ese tiempo tan frío, y este le dijo que en realidad eran panes para dárselos a los pobres, el padre le dejó que diera toda la limosna que podía ya que si podía hacer milagros así entonces a los frailes del convento nunca les faltaría.

Oración a San Diego de Alcalá

Esta es la Oración a San Diego de Alcalá que puedes hacer todos los días para pedir su ayuda y protección y sobre todo para que llene nuestros corazones con el amor a los más necesitados:

San Diego de Alcalá, paladín lleno de fervor de los evangelios tu que supiste defender a los inocentes de aquellos que tenían poder,

que diste de comer a los que tenían hambre, que sanaste a muchos enfermos, y que en tu lugar de muerte con una sincera devoción abrasaste un crucifijo en tu corazón dijiste:

“dulce leño, dulce fierro, dulce fruto que nos dio”

que a través de tu intercesión poderosa, puedas obtener para nosotros, amado y sencillo fraile, la fuerza para proteger a los que necesitan, amar a los pobres

tener compasión por aquellos que se encuentran afligidos y que al final de nuestras vidas tengamos una buena muerte, Amén.

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