Siete hechos que prueban que estamos conectados con el Universo
La ciencia está argumentando a favor de creencias que antes pertenecían al dominio de la religión y del mito, hoy podemos decir que todo dentro del Universo está profundamente relacionado entre sí.
La ciencia está argumentando a favor de creencias que antes pertenecían al dominio de la religión y del mito, hoy podemos decir que todo dentro del Universo está profundamente relacionado entre sí.
Conforme los científicos van explorando los misterios de la realidad, se vuelve cada vez más evidente que parece haber una profunda interdependencia entre las cosas. Esta convicción, que a menudo ha sido transmitida por la intuición humana, ha ido ganando cada vez más espacio dentro de la comunidad científica.
Hay ciertos hechos, ya familiarizados con la ciencia, que pueden dar lugar a un tipo de espiritualidad, de forma similar a la proporcionada por la religión. Son grandes descubrimientos los que nos recuerdan que somos parte de un todo mayor, del cual somos inseparables.
Enumeraremos siete de estos hechos, que tienen gran impacto filosófico y puede hacerte ver la realidad que te rodea de otra manera.
Somos polvo de estrellas.
La frase, hecha famosa por el astrónomo Carl Sagan, básicamente significa que todos los elementos que componen a los seres humanos, plantas, rocas y todo lo demás que existe en el planeta se formaron hace millones de años, durante la explosión de estrellas a años luz lejos de aquí.
Eso sí: los elementos pesados como el hierro que corre por nuestra sangre, o el oro que compone nuestras joyas sólo puede ser sintetizado en la naturaleza en condiciones extremas de temperatura y presión. Cuando una estrella muere y explota violentamente, dando lugar a una supernova, el material formado luego se propaga a través del espacio interestelar y puede dar lugar a nuevas estrellas y planetas.
Tus átomos pertenecieron a otro cuerpo o ser vivo.
La Tierra es prácticamente un sistema cerrado, la materia que existe aquí, naturalmente, no escapa al espacio exterior. Por lo tanto, podemos concluir que todos los átomos existentes en el planeta han estado aquí desde el principio, y distribuido a través de los años para innumerables ciclos químicos y biológicos. Esto significa que los elementos que hoy constituyen nuestros cuerpos pueden haber sido parte de un Tyrannosaurus rex en el pasado, o un árbol, una roca, o incluso de otros seres humanos.
Todo ser vivo en la Tierra tiene cierto grado de parentezco.
Cuando nos fijamos en la exuberante biosfera que existe en nuestro planeta, es difícil de acreditar que en los primeros días de vida, el único ser se reducía a un organismo unicelular. Durante miles de millones de años de evolución, las especies se han diferenciando y se han adaptado a diferentes ambientes. Pero por muy diferentes que parezcan, todos ellos tienen un grado de parentesco entre sí, sin excepción. Todos tenían un ancestro común en algún momento.
Animales y plantas se complementan químicamente entre sí
Los árboles son nuestros "primos”, y pueden ser comprendidos como complejas fábricas naturales que sintetizan el dióxido de carbono para expulsar oxígeno. En nuestro caso, el proceso se invierte, respiramos oxígeno y expulsamos el dióxido de carbono. Podemos decir entonces que las plantas y los animales son, evolutivamente hablando, el uno para el otro, y mantiene una relación de interdependencia.
Tu cuerpo se adapta a vivir en la Tierra.
No sólo el cuerpo humano, todos los seres vivos del planeta, están minuciosamente amoldados para sobrevivir en el ambiente Terráqueo. Si viviésemos en un lugar con mayor gravedad, por ejemplo, los músculos y la estructura ósea serían mucho más resistente para soportar la presión. El proceso implacable de la selección natural es responsable de elegir las especies más aptas para la supervivencia.
Según la cuántica no existen los objetos sólidos.
Cuando tocamos cualquier objeto, claramente nos parece que esto es algo sólido, tangible. Sin embargo, el sentimiento no es más que un engaño de los sentidos: son sólo nubes de electrones y átomos de nuestra piel que interactúan con las nubes electrónicas del objeto. Lo qué puede ser llamado sólido es el núcleo de los átomos, pero nunca se tocan. Los átomos están compuestos casi en su totalidad de vacío.
Las partículas cuánticas están conectadas entre sí, aún separadas por millones años luz de distancia.
No importa que unas partículas estén en la Vía Láctea y otras en la vecina Andrómeda, lo que hay entre ella es el llamado entrelazamiento cuántico, una es una parte inseparable de la otra. Influyen al instante, incluso superando la velocidad de la luz. Esto es posible porque el principio sugiere que la materia universal está interconectada por una red de "fuerzas”, de las que sabemos poco, que trasciende incluso nuestra concepción del tiempo y del espacio.