Siguiendo las huellas de Lola Casanova y Coyote-Iguana; la leyenda seri más explotada
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Una de las historias sostiene que Lola Casanova era una mujer “blanca”, hija de una familia acomodada que residía en Guaymas, y en viaje a Hermosillo, la diligencia fue atacada por Seris y ella raptada
Por Enrique “Kiki” Vega Galindo
La historia está escrita en base a cuentos, mitos y leyendas. Con personajes reales y ficticios. Quien escribe mejor una historia siempre es alabado, aunque sean puras mentiras. Lo que importa es cómo se narra la historia o el suceso a tratar. Entre más fantasiosa es la manera de contar esa historia, es como atrae la atención del público. Una de esas historias, epopeya sonorense que ha atraído la atención de eruditos en la materia, escritores, poetas, investigadores, reporteros, novelistas, y cineastas, es sin duda alguna la leyenda de Lola Casanova y Coyote-Iguana.
El punto álgido de esta crónica surge precisamente con la llegada a la presidencia de la República de Lázaro Cárdenas. Un hombre que le había prometido al pueblo mexicano conducirlo por una senda segura hacia el futuro para sacarlos de la miseria, la pobreza y la ignorancia.
El pueblo mexicano estaba harto y enfadado de tantas promesas del totalitarismo y la dictadura tiránica de políticos corruptos que estaban amafiados para no soltar las riendas del poder mexicano. El absolutismo había provocado infinidad de guerras con 500 años de antigüedad. Pero en los albores del siglo de 1900 los caudillos y los militares se aprovecharon de la buena voluntad de las etnias y las incorporaron a los ejércitos militares como la gleba.
En Sonora, los Mayos y Yaquis se unieron a la Revolución Mexicana. Álvaro Obregón y Lázaro Cárdenas les prometieron a ambas tribus que si los ayudaban, los apoyarían económicamente para que desarrollaran la agricultura en sus tierras comunales. Álvaro Obregón, cuando llegó al poder destruyó los campos henequeneros y de magueyes que producían mezcal “Yocojigua” e hilados para los sacos de ixtle, en el Valle del Mayo y lo sembró de garbanzo. Mandó ejecutar a cientos de yaquis en Estación Ortiz, además de las matanzas de Mazatán y Maycoba. Vendió a 500 indios yaquis como esclavos a África.
Lázaro “Tata” Cárdenas, le prometió a los Yaquis, Mayos y Seris, ayuda económica y recuperar sus tierras que estaban en manos de ricos hacendados españoles, criollos y mestizos. Cuando llegó al poder les redujo el territorio y les privatizó el agua, principalmente a los Yaquis. En este periodo de transición histórica la confianza del pueblo mexicano con respecto a las estructuras de poder estaba muy golpeado.
Entonces Cárdenas al no poder traicionar a la clase burguesa gobernante que lo había llevado al poder, cambió su táctica de dominio militar, y lo condujo hacia el nacionalismo a través del desarrollo de las Bellas Artes. Sobresaliendo la literatura y el cine, donde se utilizaba la explotación de los valores folclóricos regionales.
Justo en este instante histórico se abrió la coyuntura para sacar a relucir: La Leyenda de Lola Casanova y Coyote-Iguana. Por primera vez se leyó un documento escrito por Fortunato Hernández. El cuento empieza al estilo épico. Según la parte oficial militar rendido el día 25 de abril de 1850: por lo que respecta a Lola Casanova ya en concreto, y a las niñas Islas, la Parte Oficial circunscrita de esta Compañía, fechada el 24 de abril de 1850, en su parte relativa dice:
“…por nuestra parte tenemos que lamentar la muerte de la joven Doña Dolores Casanova, a quien sacrificaron pocas horas después de la acción de Batamote a consecuencia de habérseles muerto al enemigo; y que no hayan libertado la niña cautiva Elena Islas, que según varias declaraciones de los Seris, fue llevada al Tepoca por una seri vieja que la adopto como suya”.
La acción de Batamote, según el mismo documento se libró el día 12 de marzo de 1850, o sea el mismo día en que Coyote-Iguana se presentó en el desembarcadero de Tiburón, deduciéndose en consecuencia que la infortunada Lola Casanova fue sacrificada por sus captores a los 18 días exactos de su cautiverio, y que por lo tanto su reinado entre los Seris no existió.
Por el otro lado la leyenda de Lola Casanova que se ha difundido popularmente surgió el día 2 de febrero de 1850, que era una mujer “blanca, rubia”, hija de una familia sonorense medianamente acomodada que residía en Guaymas, y que tenía 18 años de edad cuando en el año citado salió en viaje para Hermosillo. En un lugar llamado “La Palmita” el convoy de la diligencia y el piquete de soldados fueron atacados por los Seris, quienes resultaron vencedores.
Lola —dijo después— que se desmayó y despertó en los brazos de un salvaje. Según esto le dijo que era un indio pima secuestrado desde niño por los seris y que era el Rey de la Nación Seri. La Lola se quedó a vivir con el Jefe Seri de nombre Coyote-Iguana y a los 10 meses tuvo un hijo, nombrado Coyote-Iguana II, quien murió, y después nació Coyote-Iguana III, quien sería el primer jefe mestizo de la Nación Seri, y que en estas fechas Lola Casanova murió, en el año de 1880.
Por otro lado tenemos otro documento que se publicó en Ures, por el periódico El Sonorense donde cita el día 3 de mayo de 1850, que: “Lola Casanova había sido secuestrada en un asalto a una diligencia…”. Solo hasta el año de 1870 se publicó la historia en un periódico de Guaymas. Edward Moser en 1963, publico una Leyenda Seri sobre Lola Casanova, en base a la tradición oral de la tribu, pero no hablan de la mujer solo de Coyote-Iguana. Edith Lowell sostiene que: “…Lola Casanova se quedó a vivir en la Isla El Tiburón con los Seris, quienes estaban asombrados al ver una mujer de piel blanca…”.
Como venganza por parte del Gobierno del Estado a este supuesto secuestro y las consecuencias que repercutieron en la clase social pudiente de Hermosillo y Guaymas, ante la temeridad de que en uno de esos levantamientos seris alguna de sus hijas fuera: “secuestrada por un salvaje”, la milicia atacó la Nación Seri llevándose a 150 indios entre hombres, mujeres y niños a una especie de reservación india a la que dieron por denominar: “Pueblo de Seris”, para de esta forma poder controlarlos y vigilarlos. Acción que le costaba al erario público una inmensa fortuna solamente para alimentarlos. Intentaron incorporarlos a la agricultura, y crearles hábitos de moralidad y buenas costumbres, además de enseñarles a trabajar.
Una de tantas noches Los Seris que estaban impuestos a ser nómadas, a vivir en tribu y pegados al mar se sublevaron huyendo y robándose cuanta mujer blanca se encontraron. Estas acciones de sublevaciones seris databan desde el año de 1772 cuando se fundó la Misión de San Pedro de La Conquista. Los Seris seguían robando, matando y secuestrando mujeres blancas para hacerlas sus esposas. Los movimientos de ataque seri hacia las diligencias y sus pasajeros continuaron por los años de 1883 y 1884.
Según otros estudiosos aseguran que el rapto de Lola Casanova se llevó a cabo en el año de 1879, según unas cartas escritas por Cayetano Navarro. Y que esta Lola no era criolla, sino mestiza. Por otro lado la historia de Lola Casanova se llena de romanticismo al hablar de un inmenso amor entre La Lola y Coyote-Iguana. Se dice que La Lola estaba enamorada de un mozalbete de nombre Juan Vega con quien estaba comprometida, pero que su padre que era un pequeño minero dedicado al comercio de nombre Don Diego Casanova. Tenía problemas económicos, y le había conseguido un mejor partido que provenía de una familia acomodada y de buen ver. Según la historia Don Diego se quedó sin dinero porque el buque que traía sus mercancías se ahogó en el mar. Pero lo cierto es que Don Diego perdió su casa en un juego de póker, y quien ganó la partida fue el militar Don Néstor Ariza, quien le siguió prestando la casa a Don Diego y le cobraba altos interese por el dinero que le debía. Don Diego pactó casar a su hija Lolita “La Perla de Guaymas” con Don Néstor. La Lolita había ido a visitar a su hermano menor quien vivía con sus tíos en el Antiguo Pitic. Triste y llorosa les contó el drama de su vida amorosa y los deseos de su Padre de casarla con otro hombre. Regresó a Guaymas y salieron de nueva cuenta hacia Hermosillo en un Convoy de diligencias escoltada por militares y gatilleros.
Según la versión más conocida de esta leyenda Coyote-Iguana se llamaba Jesús Ávila Sánchez y era hijo de los seris Juan Ávila y Mariana Sánchez. Se dice que Lola Casanova fue bautizada por los Seris como: “Iguana”, quien estaba casada con: “Coyote”, y que así nació la dinastía: “Coyote-Iguana”, es decir que nunca existió un indio seri que se llamara Coyote-Iguana.
Ahora bien, podemos ver que La historia de Lola Casanova Velasco y Coyote, es una historia violenta, una narración que une dos razas, una blanca y otra india. Para dar origen al mestizaje, a una nueva dinastía. Es la parábola simbólica del futuro de México, esta es una realidad barnizada con la tinta del romanticismo para cubrir el espacio geográfico nacional. Lola Casanova surge como un fenómeno literario justo en el momento en que es menester crear una nueva patria. Al unir la raza española de uno de los estados más conflictivos de la nación como lo es Sonora, con el Jefe de una tribu indómita, se logra sintetizar una nueva forma de entender el mundo. Dolores resentida por no tener el amor de su vida, se refugia en los brazos de un hombre “salvaje” que le promete una Isla llena de tesoros. De esta forma aquella mujer ajena a la tribu es convertida en: “Reina”. La creadora de una nueva monarquía, de una nueva nobleza. La creación de un nuevo orden social. El nacimiento del primogénito de este nuevo clan, es el símbolo de la unión, de la supremacía. Aunque para la reacia mentalidad salvaje y de su cosmovisión étnica de los Seris, Lola Casanova, no es más que una intrusa. Y Coyote-Iguana un traidor. Que le ha dado la espalda a la comunidad, puesto en riesgo su herencia de sangre, y que ha impedido continuar con los viejos designios de la raza Seri. Por eso Coyote-Iguana al morir es lanzado a los perros para que se lo coman.
Aquí caemos en otro aspecto literario donde surge de la pluma narrativa que describe el texto denominado: Sacralización o satanización. La lucha étnica en contra de la colonización de los españoles y mexicanos. Aquí queda demostrada literalmente lo que es una leyenda colonial, donde fracasa el amor, y surge el desprecio hacia lo indio.
La Tribu Seri no ha muerto sigue vigente, y Lola Casanova forma parte de esta gente, sigue siendo la “Reina Blanca”, y Coyote-Iguana y su dinastía jamás van a desaparecer, van a permanecer vigentes, por más opciones y puntos de opinión, que existan para analizar esta leyenda que forma parte de la historia sonorense. La unión de Lola Casanova y Coyote-Iguana, eleva a la Tribu Seri a un alto estatus social.
*El Autor es: Sociólogo, Historiador, Escritor e Investigador,
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