Tangamandapio: el pueblo de Jaimito, el cartero de 'El Chavo del 8', sí existe | Fotos, vídeo

Historia 30 de jul. de 2020

fuente: https://mundo.sputniknews.com/

"Tangamandapio es mi pueblo natal. Un hermoso pueblito con hermosos crepúsculos arrebolados". Así se refería el personaje de Jaimito el cartero a su querida tierra, cuyo nombre resonó, por años quizá, como una de las tantas invenciones curiosas de Roberto Gómez Bolaños en 'El Chavo del 8'. Pero no.

A fines de julio de 2012, una estatua en honor a Jaimito el cartero, recordado personaje de El Chavo del 8, fue inaugurada en México. La jornada tuvo visos de epifanía para muchos fanáticos del show. Ese día descubrieron que el personaje de Raúl Chato Padilla no mentía: la postales bucólicas de su pueblo natal eran verdaderas, Tangamandapio sí existe.

Según Jaimito, el pueblo era tan grande como Nueva York, y lo habitaban millones de personas. No aparecía en los mapas por su propia magnitud colosal. Sin embargo, lejos de toda cartografía fantástica, Tangamandapio es un pueblo real.

Villa de Santiago Tangamandapio es un municipio del estado de Michoacán, al centro-oeste de México. Su nombre es de origen chichimeca y significa "tronco podrido que se mantiene en pie". De hecho, el escudo local tiene un tronco de ahuehuete (Taxodium huegelii), el árbol nacional mexicano. Tan resistente es esta especie que en México hay algunos ejemplares de varios cientos de años, como el ahuehuete de Noche Triste, donde Hernán Cortés lloró la derrota que sufrió a manos de los aztecas hace 500 años.

Tangamandapio recibió su nombre oficial en 1822, aunque existe desde antes de la fundación del Imperio purépecha o tarasco (1300-1530). Durante el período colonial tuvo diferentes nombres como Tanmangandepeo, Tamandapio o Atengomandapeo.

Homenaje a Jaimito, el cartero

El 25 de julio de 2012, las autoridades de Tangamandapio descubrieron una estatua en honor a Jaimito el cartero. De 1,7 metros de altura y hecho totalmente de bronce, el monumento fue instalado en la principal calle del municipio.

​"Gracias a él, Tangamandapio fue conocido a nivel mundial como el pueblito de los crepúsculos arrebolados", dijo el entonces presidente municipal, Juan Campos González, sobre el relevante logro del personaje inmortalizado por el actor Raúl Chato Padilla en El Chavo del Ocho.

El personaje es recordado no solo por sus pintorescas remembranzas, sino también por su aversión a la fatiga. Por su función y la peculiar forma de cumplir con ella, Jaimito ha sido visto como un personaje que representa una visión crítica del Estado mexicano.

Carlos Aguasaco, académico colombiano que ha analizado profundamente la obra de Roberto Gómez Bolaños, señaló a Sputnik que Jaimito "da una imagen muy desesperanzadora, y tierna sí, del Estado. Es un Estado impotente, un Estado cansado que ni siquiera puede montar la bicicleta. Nunca aprendió a montar la bicicleta Jaimito el cartero, y los que le entregan las cartas son otras personas".

El Chato Padilla llegó a la serie luego de la salida de Ramón Valdés, el recordado Don Ramón. Según reveló Gómez Bolaños en su autobiografía, Sin querer queriendo, Padilla no estaba convencido de aceptar el rol, ya que no quería "encasillarse".

Sin embargo, luego de la visita del elenco de El Chavo del 8 a Bogotá, Colombia, en 1978, el actor cambió de parecer. Ese día cuatro millones de personas asistieron al desfile que llevaría a los actores hasta el estadio Nemesio Camacho, conocido como El Campín. Demoraron más de ocho horas en completar el recorrido. ¿Quién podría negarse a ser parte de un programa televisivo que genera algo semejante?

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