Termoeléctrica de Puerto Libertad: una fumadora en el desierto

Historia 17 de dic. de 2020

La central termoeléctrica de Puerto Libertad, Sonora, se encuentra en la lista de las 10 más contaminantes del país, en materia de partículas PM2.5 y PM10, dióxido de azufre y dióxido de carbono.

Por Diego Badillo fuente: https://www.eleconomista.com.mx/

Termoeléctrica de Puerto Libertad, Sonora. Foto: Alejandro Leal / Google Maps

Hace casi 35 años, cuando fue inaugurada en una orilla del desierto sonorense, la central termoeléctrica de Puerto Libertad, de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), era símbolo de progreso.

Hay quienes hacen la analogía de que era como una de esas damas exitosas de las películas de blanco y negro que se distinguen incluso por su forma de fumar.

Hoy, la dama se hizo vieja, ya no viste a la moda. Mientras las empresas de avanzada en el sector lucen sus paneles al cielo captando los rayos del sol o sus aspas jugando con el viento para generar electricidad, además de que entre ellas no es bien visto lanzar humo, ella expone sus prendas y, a pesar de que ha hecho esfuerzos por dejar el vicio, aunque menos, nomás no deja de fumar.

La central termoeléctrica de Puerto Libertad inició operaciones el 1 de agosto de 1985, en el poblado del mismo nombre, ubicado en el municipio de Pitiquito, Sonora, a unos 200 kilómetros al sur de Puerto Peñasco y a unos 250 de Hermosillo.

De acuerdo con el ayuntamiento de Pitiquito, desde entonces la economía del puerto está basada en la actividad pesquera y en la de esa planta. Aunque todo mundo reconoce que, a cambio de eso, contamina, pero pocos saben a ciencia cierta la magnitud de sus impactos.

A partir de su entrada en operación, pescadores y habitantes de esa población han realizado infinidad de manifestaciones, tanto en Pitiquito, como en la capital del estado, para denunciar la contaminación de la empresa que se traduce en la baja en la pesca y enfermedades de las vías respiratorias, la piel y la vista.

Ese tipo de denuncias han llegado, incluso, hasta el Congreso de la Unión, en forma de proposiciones de puntos de acuerdo para pedir a la CFE que resuelva los problemas que la planta provoca a la salud.

Ya sea por disminuir el impacto ambiental, como por mejorar la forma de producir energía, en 2015 fue modernizada, cuando la CFE la incluyó en un programa mediante el cual se reconvirtieron siete centrales de generación para que utilicen gas natural, además de combustóleo.

Incluso, en una página de su informe anual de ese año de la Comisión Federal de Electricidad, se muestran dos fotos de la Central. En una se observan dos columnas de humo saliendo por sus chimeneas. En la segunda, sólo las columnas y al fondo el horizonte: esa línea donde parece que el mar se une con el cielo.

De acuerdo con el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), la capacidad efectiva de esa central termoeléctrica convencional opera con combustóleo y gas y cuenta con una central con cuatro unidades que, al 31 de diciembre de 2018, tenía una capacidad efectiva de 632 megavatios.

El Programa indicativo para el retiro de centrales eléctricas 2018-2032, las cuatro unidades de la central eléctrica de Puerto Libertad tienen prevista su salida en 2023.

Bocanadas que suman toneladas

Según la Comisión para la Cooperación Ambiental de México, Estados Unidos y Canadá esa planta se encuentra en la lista de las 10 centrales eléctricas más contaminantes del país en la materia de partículas con un diámetro aerodinámico inferior a 2.5 micrómetros (PM2.5), con 1,990 toneladas al año; partículas con diámetro inferior a 10 micrómetros (PM10), con 2,730; dióxido de azufre, con 62,713 y dióxido de carbono, con dos millones 633,384.

Lo delicado del asunto es que, según autoridades de Salud, la prolongada exposición a PM2.5 aumenta las probabilidades de enfermedades cardiovasculares y afecta a los sistemas nervioso central, reproductivo y puede generar enfermedades pulmonares obstructivas.

En tanto, una alta exposición a PM10 tiene impactos negativos en el sistema respiratorio que se manifiesta con irritación, inflamación, infecciones, asma y reducción de la función pulmonar. El dióxido de azufre genera dolor de cabeza, irritación de ojos, nariz y garganta, ansiedad y problemas para respirar.

Según el gobierno de Sonora, las infecciones respiratorias agudas, son la principal causa de enfermedad en la población de esa entidad.

Además, señala que la contaminación atmosférica es un factor de riesgo de las enfermedades respiratorias; así como de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares y cáncer de pulmón.

Indicadores deficientes

Según el Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire del Estado de Sonora (2017-2026), si bien en esa entidad se han realizado esfuerzos para establecer un sistema de monitoreo atmosférico, el cual dio inicio en 1989, este ha sido de forma intermitente, pues los equipos en varios municipios han dejado de operar.

Además, en las principales zonas urbanas de la entidad, se ha enfocado a la medición de partículas menores de 10 micrómetros (PM10); sin embargo, “debido a diversos problemas de operación y mantenimiento”, actualmente sólo se encuentran en funcionamiento tres estaciones manuales localizadas en Hermosillo y una estación automática en Nogales, la cual mide PM10 y PM2.5.

El documento no proporciona indicadores del municipio de Pitiquito, donde se encuentra la termoeléctrica, pero consigna que aporta 99% de las emisiones de dióxido de azufre registrado en el estado.

Los resultados de la evaluación del cumplimiento de la norma oficial mexicana NOM-025-SSA1-2014 de PM10, muestran que en las estaciones de monitoreo manual de Hermosillo (2000 al 2016) se incumplió con dicha norma.

El documento consigna además que 91% de la emisión de dióxido de azufre y 7% de óxidos de nitrógeno, en el estado, son emitidos por la generación de energía eléctrica.

En tanto, el Informe Nacional de la calidad del aire México 2018 del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ese año, el sistema de monitoreo de la calidad del aire de Sonora, estuvo conformado por cinco estaciones de monitoreo que se localizan en los municipios de Nogales, San Luis Río Colorado, Hermosillo, Cajeme y Agua Prieta. Sin embargo, sólo dos de ellas generaron información válida y suficiente para elaborar el diagnóstico de la situación actual de la calidad del aire.

De acuerdo con el Mapa de Ruta de Energía de Sonora del gobierno del estado, esa entidad cuenta con una capacidad instalada efectiva de generación de 3,140 megavatios que representan 42% del sector eléctrico nacional. El 96% corresponde a tecnologías convencionales y sólo 5.3% de energías limpias, aunque cuenta con 8.4% del potencial nacional de fuentes renovables de energía, de las cuales la energía solar representa las dos terceras partes, ya que recibe hasta un 45% más irradiación solar que el promedio nacional, especialmente en el norte del estado.

Para la autoridad estatal en lo referente a la generación de energía eléctrica, esta entidad puede aprovechar la expansión que se ha registrado en el país, en cuanto al desarrollo de fuentes alternativas y renovables para generar energía.

Refiere que tan sólo en 2015, el monto de inversión en proyectos para la generación de energía solar en México se calculó en un total de 2.5 miles de millones de dólares, de acuerdo con datos de la agencia GTM Research.

Asimismo, la citada agencia estimó que el número de compañías especializadas en energía solar en nuestro país creció 1,200% entre 2010 y 2015. Lo anterior refleja la importancia de este segmento en México, por lo que se espera que el país sea el principal mercado de generación de energía solar en Latinoamérica.

En esos planes, la vieja central de Puerto Libertad tendría poco que hacer, al menos que la apuesta sea voltear a las fuentes tradicionales de generación de energía con combustóleo o gas y entonces prolongar su fumarola en el desierto.

diego.badillo@eleconomista.mx

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