Un increíble bosque de Sahuaros en el desierto de Sonora

Un bosque no siempre es de pinos y encinos, también puede ser de verdes cactus

Por Fuente: https://elsouvenir.com/

¡Ah! me habían hablado tanto de los sahuaros y del desierto del norte de México que no me lo podía perder en un viaje al estado de Sonora, y déjame decirte que todas esas historias acerca de su escenario desolador son en parte ciertas, pero realmente el ecosistema tiene su encanto.

El desierto

El desierto es un escenario con muchas bondades, ciertamente el sol y el calor están presentes, con temperaturas que llegan hasta los 50ºC durante el día, y por la noche se desatan los fríos de hasta -9ºC.

Pero la flora y la fauna han aprendido a subsistir en esas condiciones y aunque de entrada parece que no hay vida, al contrario hay mucho que descubrir en esta zona.

Sobre la carretera que va de Hermosillo a San Nicolás, hay una desviación que te lleva a una acuícola y por consiguiente a una playa virgen, lugar ideal para hacer sanboarding por sus enormes paredes de arena, ahí te vas a encontrar uno de los escenarios más fascinantes que tiene el estado: un bosque de Sahuaros.

¿Qué son los Sahuaros?

Pero, ¿Qué o quiénes son los Sahuaros? La manera correcta de llamarles son Cardones, una especie de cactus enormes que al paso de cientos de años han echado raíces en esta zona y como soldados de color militar se han quedado a vivir cuidando el territorio.

Sahuaros se les conoce comúnmente en sus primeros años de vida, cuando el tallo principal apenas le salen sus primeras y espinosas ramificaciones; cuando estos brazos están casi junto al tronco principal y el cactus ya alcanzó algunas décadas de edad, merecen llamarse cardones.

Enormes penachos cactáceos de doce metros de altura, algunos ejemplares sobrepasan los 20 metros y este bosque esta rodeado de ellos.

Gigantes patas de elefante que al acercarte bajo su sombra podrás descubrir de cerca lo fascinantes que son. Si los tocas podrás notar su dureza como si estuvieran hechos de cemento.

Viejos y sabios.

Parece curioso pero también como los árboles, los sahuaros son viejos sabios, han visto pasar cientos de personas en sus escasos 200 o 300 años de vida, han sido testigos de épocas revolucionarias, han protegido con su corteza a grupos de indígenas Seris y Yaquis que han construido sus casas, y hasta han sido consuelo de migrantes que se han ocultado bajo su sombra.

Son fuente de alimento para aves, reptiles, insectos y mamíferos, han sido la campana de algún latoso pájaro carpintero y morada de alguna lechuza entre sus espinosos brazos.

Crecimiento

Y aunque su crecimiento es lento -llegan a alcanzar un metro cada 30 años-, no es difícil entender su peso y altura, las condiciones del desierto como el aire, el sol, y las altas temperaturas los hacen mas fuertes que un roble.

Los sahuaros (o saguaros) también son portadores de semillas que comen las lagartijas y otros reptiles, mientras que las aves y mamíferos se alimentan de sus frutos rojos o morados en forma de tuna dulce.

Son las deliciosas pitayas (o fruta del dragón) que los grupos étnicos ocupan para preparar sus platillos y un licor fermentado d-e-l-i-c-i-o-s-o.

Y qué decir de las flores de los saguaros las cuales bajo condiciones extremas se asoman mostrando un bello y delicado color blanco. Las podremos apreciar por la tarde de los meses de mayo y junio.

No es casualidad que el silencio del desierto es ensordecedor, puedes escuchar cualquier movimiento que denote algún curioso ratón de campo, el aletear de un búho, el cascabelear de una serpiente o el canto de un cardenal rojo.

Cuántas maravillas puedes ver en medio del bosque de sahuaros, es sentir que el desierto te protege, cada cactus cuenta con 7 o más brazos, sus tallos son carnosos, gruesos y de formas caprichosas. Es un lugar encantado en donde te sentirás realmente pequeño.

No pierdas oportunidad de hacer algunas tomas al caer la tarde. Sus siluetas mostrarán las postales mas representativas de México. Si tienes suerte podrás ver algún venado, zorro, coyote, borrego cimarrón, águilas y halcones marinos.

Matorrales, cactáceas y árboles como ocotillos, torotes, choyas y sahuaros están ahí esperando ser apreciados y fotografiados por viajeros que disfruten de la magia del desierto; solo necesitas tomar la decisión de adentrarte en el territorio de Sonora y dejarte llevar por sus interminables senderos y carreteras.

Para la próxima vez que escuches hablar de un bosque, no limites tu imaginación a los cedros, pinos y abetos. Hay un ecosistema igual de fascinante en donde los verdes sahuaros serán tus soldados de compañía.