Una nueva teoría sugiere que la conciencia no se encuentra ubicada en el cerebro
El origen de la conciencia humana es uno de los grandes misterios sobre el hombre. Por eso, la neurociencia no descansa en la búsqueda de respuestas para saber qué es lo que ocurre con la conciencia cuando morimos o dónde reside exactamente. Esta última cuestión parece haber encontrado una posible respuesta a raíz de un nuevo estudio realizado en Inglaterra.
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El consenso entre los expertos sobre la conciencia humana, es que reside en el cerebro y en la densa red de conexiones neuronales, pero la ubicación exacta aún se desconocía de modo que el estudio reciente aporta una respuesta reveladora.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Surrey, dirigidos por el profesor Johnjoe McFadden, publicó la nueva teoría en la revista Neuroscience of Consciousness. Allí, los especialistas manifestaron que la conciencia no se encuentra en el cerebro sino en la energía electromagnética generada por impulsos eléctricos compartidos entre neuronas.
El estudio sugiere que la conciencia humana, el producto más complejo de la actividad nerviosa del organismo, no se encuentra en nuestro cerebro, sino más bien en el campo electromagnético de este órgano. "La conciencia es la experiencia de los nervios que se conectan al campo electromagnético autogenerado del cerebro para guiar lo que llamamos 'libre albedrío' y nuestras acciones voluntarias", aseguró McFadden.
El científico detalló que las señales eléctricas de las neuronas, responsables de las funciones cerebrales, forman un campo electromagnético detectable por electroencefalograma y magnetoencefalografía. Este campo sería el núcleo real de la conciencia ya que en él residen los pensamientos, movimientos y procesos mentales de cada ser humano. El investigador está convencido que esto podría conducir al desarrollo de la conciencia de los robots.
McFadden describió su hipótesis como la teoría del campo de información electromagnética consciente en la que propone que la conciencia está físicamente integrada y es información activa codificada en el campo electromagnético global del cerebro. También argumentó que la conciencia implementa algoritmos en el espacio, en lugar de en el tiempo, dentro del campo electromagnético del cerebro.
Sin embargo, el investigador añadió que aún quedan muchas preguntas sin respuestas, como el grado y el alcance de la sincronía necesaria para codificar los pensamientos conscientes, o la influencia de fármacos y anestésicos en el campo de información electromagnética consciente.
La teoría que propone la nueva investigación proporciona un nuevo paradigma en el que la conciencia está arraigada en una estructura física, mensurable y maleable, y susceptible de pruebas experimentales. Por lo tanto, ofrece un dualismo que está construido sobre la distinción entre materia y energía, en lugar de materia y espíritu.
Otros estudios recientes sobre el cerebro humano, demostraron que este alcanza su máxima productividad a los 35 años. Y que hablar otros idiomas, con la mayor frecuencia posible, convierte al individuo en un ser más inteligente. Por otro lado, también revelaron que el cerebro comienza su deterioro a partir de los 45 años.