“URGE TAPON…”

Por Miguel Mendez. Fuente: https://mytierraadentro.com/2018/02/

Los viejos del pueblo conocen muy bien esta historia.

Ya he aclarado en otras ocasiones que solo cuento lo que sé, lo que me platicaron o lo que viví, sin tratar de dar datos o remitirme a libros, investigaciones, etc. o más versiones o datos distintos.

Cuando Faustino Félix Serna fue destapado como candidato del PRI a la gobernatura del estado hubo manifestaciones en contra de un sector del mismo partido que no estuvo de acuerdo y se hizo famoso el “FAUSTINO NO” pintado en bardas, en volantes, carros etc. Fue tal vez el primer movimiento de inconformidad que enfrentó el partido en su historia a nivel nacional; hay que recordar que era 1967, 68 y había una efervescencia política y social en el país.

Sin embargo, en Pitiquito, si bien es cierto también se veían los FAUSTINO NO, y hubo una cierta división en el pueblo, una vez apareció Faustino, prácticamente todo fue fiesta y alegría. Un Pitiqueño, nacido en Pitiquito, que vivió allí  su infancia y parte de su pubertad y que tenía muchos amigos en el pueblo, era el candidato a Gobernador. Mejor, ni en las películas de Pedro Infante.

Faustino visitó varias veces el pueblo como Candidato y muchas más como Gobernador. Recuerdo las fotos de cada visita publicadas en el Imparcial y en el Sonorense. Se le veía felíz, cómodo, sonriente, a gusto con su gente. Disfrutaba hasta el último minuto de cada visita y se dejaba querer por todos y daba entrada y platicaba con todos, con el que quisiera.

Le pedían de todo. Son famosas las peticiones que le hiciera Alonso Grijalva a quien Faustino quiso mucho y con quien se divertía como enano escuchándolo.

Faustino hizo lo que pudo por el pueblo y fue mucho en la obra física y en apoyos, pero también ayudó a muchísima gente.

Cuando Alonso Grijalva le envió el famoso telegrama que decía “Urge tapón. Río pelléndose “, se refería a que urgía la construcción de una presa que almacenara el agua que corría por el río y que en ese entonces llegaba hasta el mar en el Desemboque, en Caborca.

Había llovido a cántaros y el río iba de punta a punta, lleno, crecido, “pelléndose de agua” pues.

Era una petición muy antigua en el pueblo. Los viejos pensaban que se podía construir una presa fácil echando una cortina (Tapón) entre el cerro picudo y el cerro del Cuchillón; no había otro lugar mejor decían. Aguas arriba recorrías hasta Santa Ana y no había como echar una cortina; aguas abajo, recorrías hasta el Desemboque y menos. Entonces ahí en Pitiquito, allí atrás del cerro, ahí donde se juntan la Asunción y el Muchachito, ahí podía echarse la cortina- Tapón. Y cada vez que corría el río, los viejos se iban a la orilla a ver pasar la creciente y se les rodaban las lágrimas,  de que esa agua no se podía aprovechar y llegara hasta el mar.

El Gobernador Faustino, sabía de ese anhelo, de ese sueño, como Pitiqueño que era. También fué agricultor en el Valle del Yaqui y por lo tanto sabía regar con agua  rodada y sabía lo que significaba una presa en la economía de un pueblo.

Miguel Méndez (Mi padre) era presidente Municipal. Faustino lo llamó un día y le dijo: “Miguel van a unos ingenieros, te van a buscar, son de Recursos Hidráulicos ellos te van a decir que van a necesitar”. No digas nada de esto por favor “.

Los ingenieros arribaron, se encontraron varios días trabajando atrás del cerro, en el punto donde se pedía el tapón y registraron el río hacia arriba tomando los campos agrícolas que tenían en la zona hasta la estación del Ferrocaril. Terminaron y se fueron. Pocas gentes en el pueblo se dieron cuenta de su presencia.

Meses después, Faustino mando llamar a Miguel Méndez a Hermosillo en Palacio y le dijo:

“¿Te acuerdas de los ingenieros que fueron al pueblo y se estuvieron en el río? Pues ya me entregaron los resultados, mira “. Unos planos en la mesa y el otro: “Midieron todo el río en la zona, recopilaron la información de las crecientes de los últimos 30 años y dicen que sí se puede almacenar una buena cantidad de agua”. “A pues que bueno” dijo mi papa. “Si – le dijo Faustino– pero no se puede hacer. Los cálculos que hicieron señalan que con una pequeña cortina de 10 metros de alto, se inundaría hasta la estación y que moverían las vías y moverían la carretera. Así es que diles a las gentes en el pueblo que dejen de estar chingando con el tapón, no se puede hacer “.

No se qué medios de comunicación o qué palabras uso mi papá para comunicar la mala noticia al pueblo, pero sí puedo asegurar que nunca se volvió a tocar el tema, se dejó de pedir el tema, se olvidó y se enterró el asunto . Hasta la fecha.

A la mejor ahora si se puede. Sería bueno retomar el tema. Hay nuevas tecnologías, nuevos métodos de construcción y hay una variedad enorme de “presas” o retenidas de agua que funciona mejor, cuando menos para almacenar unos cinco. 6 millones de metros cúbicos de agua para infiltrar los acuíferos.


https://pitiquito.net/urge-tapon-ii