Viajando en el Desierto de Sonora
El Desierto de Sonora se ubica en la parte noroeste de México y suroeste de los Estados Unidos. Lo primero que llama la atención a los visitantes es lo extenso de la naturaleza y lo bien que están conservados sus ecosistemas, pues es una de las regiones menos alteradas por la mano del hombre. Muchos esperan encontrar solamente dunas en un paisaje desolado (las cuales se pueden ver en el extremo noroeste del Desierto de Sonora), pero en su mayoría hay una gran variedad de plantas y árboles que se aprecian en el desierto sonorense, destacando el colorido “Palo Verde” que toma su nombre debido al color verde de su tronco y en temporada de floración da unas flores de amarillo intenso. Los arbustos son comunes en el paisaje así como arboles bajos con hojas pequeñas como el Mezquite y el Palofierro, no obstante, el árbol que más llama la atención es el famoso cactus Sahuaro, que las películas “western” popularizaron a mediados del siglo XX.
Los cactus como el Sahuaro se han adaptado a las duras condiciones del desierto sonorense, en donde a lo largo del año, hay grandes cambios de temperatura, llegando desde los cero grados en invierno, hasta los 50 centígrados en verano. Esto ha creado una naturaleza sorprendentemente resistente, pues los cactus han cambiado sus hojas por espinas y engrosado sus troncos verdes para almacenar el agua, con estrías que les permiten canalizar la poca agua que cae anualmente en el desierto de Sonora.
A pesar de las duras condiciones del desierto sonorense, este ecosistema ha sido el hogar de grupos humanos desde hace más de 10 mil años y cuenta con hermosas ciudades y pueblos en la actualidad. No obstante, sigue siendo una de las regiones más alejadas de México y Estados Unidos. Es por ello que viajar por el desierto de Sonora es una experiencia fascinante, pero muy distinta a viajar por otras partes de México y el mundo. El transporte público solo llega a las ciudades principales, si se quieren visitar zonas arqueológicas como Trincheras y Rancho la Proveedora o zonas naturales como el Pinacate, no es posible hacerlo en autobús, pues la población no es lo suficientemente grande para demandar estos servicios, así que se tiene que llegar en vehículo particular.
La mayoría de sus playas solo son accesibles a través de vehículos particulares. Ciudades como Guaymas o Puerto Peñasco, aunque cuenten con aeropuertos internacionales reciben escasos vuelos. Hermosillo, capital del estado de Sonora, es la ciudad mexicana mejor conectada de la región, Tucson y Phoenix del lado estadounidense si cuentan con una extensa concavidad aérea. Hay pocos proveedores se servicios turísticos en Sonora, los cuales se ubican principalmente en Hermosillo, sin embargo, si el visitante espera arribar a Hermosillo y tomar un tour a su llegada (como ocurre en centros turísticos como Cancún o Guanajuato), se llevará una decepción, pues no hay salidas diarias a lugares fascinantes como el Pinacate, la Isla Tiburón , la zona Arqueológica rancho la Proveedora o las playas de San Carlos. El viajero en el Desierto Sonorense debe contratar con anticipación los servicios de una operadora de tours y fijarse en las fechas en que estos se realizan, o bien reservar la renta de un vehículo a su llegada.
