COSAS CURIOSAS DEL PUEBLO II

por Miguel Mendez, fuente: https://mytierraadentro.com/

Loschistes
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LOS CHISTES: Asi le llamábamos en Pitiquito a lo que en otros lados se conocía y conoce aún como Comics. Para nosotros eran “Los Chistes”. Y decíamos “¿Ya viste el chiste del Pato Donald?”. Había un solo lugar donde se vendían y era la tienda de Piñita. El Sr. Piña y su familia, su esposa y su cuñada, eran Filipinos. No sé cómo o en qué año llegaron al pueblo, yo ya lo conocí con su changarro en el que además de los artículos normales que se vendían en un changarro de pueblo, era el distribuidor de revistas y chistes y de la lotería nacional y del pan de Caco. El Sr. Piña (Piñita le decían en el pueblo) era un señor sumamente amable, agradable, atento y servicial. Había palabras del español que se le dificultaban y hablaba mal. Tenía un aparato de sonido, el único para esos fines en el pueblo, mediante el cual anunciaba todas las tardes a las 6 de la tarde “Pam, pam, pam, ya llegó el pam de Caco, calientito, lecién hecho”. Y la lotería nacional la anunciaba “Comple su cachito de lotería. Acuéstese poble y amanezca lico”.

Ahí con él comprábamos los chistes (Comics) de Micky Mouse, Pato Donald, Porky, Archi, La pequeña Lulú, Roy Rogers, Red Rivers, El Llanero Solitario, Tarzán, Los Supersabios, La Familia Burrón, etc. Costaban 80 centavos ó un peso.

Incluyo los Chistes en las cosas curiosas del pueblo porque no he sabido nunca de otro lugar del país en el cual se acostumbrara lo que en Pitiquito: Los chamacos del pueblo, los comprábamos, los leíamos, los juntábamos y luego los intercambiábamos entre nosotros. Juntabas 10, 15, 20 chistes y luego ibas y tocabas la puerta de tu vecino o de tus amigos o conocidos en el pueblo y les decías “Te cambio chistes”. Entonces, te pasaban a la casa y en la sala o en la recámara nos sentábamos yo con mi bulto de chistes y él con el suyo. Los poníamos en la mesa o la cama, yo agarraba su bulto y comenzaba “Este ya, este ya, este ya, este no, este tampoco, etc” Los que no habías leído los ponías a un lado. Luego el otro hacia lo mismo con tu bulto de chistes. Al final se contaban los que yo no había leído, él hacía lo mismo y nos los cambiábamos haciendo que los números coincidieran. Es decir si yo tenía 5 de él que no había leído y el tenía 7 míos que no había leído, solo intercambiábamos 5. Y luego te ibas a otra casa.

De dónde venía esa costumbre, quién la inició, cuándo se inició no se. Pero era una sanísima y acertada costumbre que desafortunadamente en algún momento se perdió. Nos obligaba a leer en primer lugar, y ahorrábamos un buen dinero con el intercambio. Los chistes prácticamente daban vueltas por todo el pueblo hasta que se acababan y se desgastaban, se deshojaban.

LOS AÑOS DE LA SUERTE: Un escritor latinoamericano habla de “Los años de la peste”. En Pitiquito, son “Los años de la suerte”. Desafortunadamente en esos años yo no vivía ya en Pitiquito, estaba fuera estudiando mi carrera o trabajando, pero en su momento me enteré y aún hoy en las pláticas salen a relucir esos años y esos eventos. Y es cuando los Pitiqueños decimos “Sólo en Pitiquito” dando a entender que lo que pasa ahí, no pasa en ningún otro lado. Y por eso estos eventos los agrupo en las cosas curiosas del pueblo.

Para quienes no conocen, les informo que por la orilla del pueblo pasa la carretera federal 2 Santa Ana – Tijuana y ahí exactamente en el pueblo, hace una curva después de bajar lo que se conoce como “El puerto”. La curva no es muy cerrada ni creo que tenga defectos de construcción, pero a lo largo de su existencia ha habido algunos accidentes en esa curva, la mayoría de tráiler y camiones de carga y atribuidos al cansancio de los operadores o a que se quedan dormidos. Pero mientras unos accidentes quedan registrados como meras estadísticas, otro pasan a la historia.

1976, el día exacto lo desconozco, pero debe de haber sido octubre o noviembre. Un camión Torton se volteó casi llegando al pueblo. No hubiera pasado de ser un accidente normal si no hubiera sido porque iba cargado hasta el tope de paquetes de mariguana. La noticia corrió como reguero de pólvora por el pueblo y antes de que llegara la policía federal de caminos y el ejército, fácil media carga desapareció. Hay muchas historias y rumores en torno a este suceso, pero como no me constan las omitiré. Sólo diré que algunos jefes de familia fueron muy felices y otros tiraron el piojo.

1982, 31 de diciembre. Como era invierno y hacía frío, el pueblo estaba apenas tomando vida a media mañana con la gente preparándose para celebrar el año nuevo en el baile de gala que se hacía en esos años en “La Galera”. En alguna otra ocasión platicaré de los bailes de año nuevo, pero hoy sólo diré que era el baile al que prácticamente todo el pueblo asistía, con sus mejores galas y era amenizado por alguna orquesta o grupo regional famosillo.

Deben haber sido como las 11 ó 12 del día cuando se comenzó a sentir una gran agitación en el pueblo. Carros iban y venían, gritos y risas por todos lados, gente corriendo con carretillas mezcleras por la calle, gente a caballo, hasta las carretas de mulas se desempolvaron.  No sólo los hombres, las mujeres dejaron sus quehaceres y salían de las cosas despavoridas y limpiándose las manos y con el mandil puesto. Dejaban tirados chamacos y estufas. Si alguien hubiera podido observar esas escenas desde arriba como en un helicóptero o algo asi, hubiera pensado que aquello era totalmente surrealista. ¿Qué estaba causando esa agitación?

Un tráiler y remolque se volteó en la curva de la carretera, frente al pueblo. Iba cargado de cajas de Ron San Marcos.  Oh my god!!!!! El cielo en la tierra. ¡La gloria en Pitiquito y el DÍA ULTIMO DEL AÑO!!! Mejor ni en las películas.

Ese día, esa noche, el baile estuvo super animado, toooodo el pueblo andaba en el baile con una botella de San Marcos en la mano y otra clavada en donde podía.

1985, era verano pero no me lo han podido asegurar. Si tres años antes, con el tráiler de San Marcos las escenas eran surrealistas, lo que ahora pasaba era como una película de esas de zombis donde todos se pelean contra todos y todos se comen a todos. Se veía un solo amontonamiento a veces desordenado, a veces ordenado, prácticamente toooodo el pueblo en un mismo lugar.

Se había volteado un tráiler doble remolque cargado de CAGUAMAS TECATE. Puede alguien imaginar un evento, un suceso más hermoso, más idílico que ese. Yo no sinceramente.

A pié, a caballo, en carreta, en bicicleta, en motocicleta, en carretilla, en diablitos, en autos sedán, pickups, camiones de carga, en todo lo que había disponible, la gente cargaba las cajas de cerveza. A ratos se ayudaban unos a otros y a ratos le entraban solos. Los que no tenían más que los brazos pa cargar, le ayudaban a los que traían carro e iban a mita y mita con la carga. Arreglos y desarreglos hechos al segundo y al vapor que emanaba de la cerveza derramada. Si el de San Marcos tardaron tres horas en dejarlo limpio, el de Tecate en una hora o menos quedo vacío.

Todavía un més después del suceso llegabas a cualquier casa y en lugar de leche desayunaban con cerveza. No tomaban agua, pura cheve. Si llegabas de visita no te ofrecían café, sacaban una Caguama.

¿Puede alguien mencionarme un lugar en el mundo donde haya pasado lo mismo? Mariguana, Ron y Cerveza como caída del cielo. Y dónde pasó eso. En Pitiquito.

Seguiré en otro artículo con otros sucesos curiosos. Gracias.

Cosas curiosas del pueblo capitulo 3


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