Energía, vibración y frecuencia

23 de oct. de 2022

Tres acciones que nos permiten entender el proceso de nuestros cinco cuerpos: el físico, el energético, el emocional, el mental y el espiritual. El alma y la consciencia. La mirada de Nikola Tesla. Primera entrega.

fuente: https://elciudadano.com.ar/

Lo interesante es que todo en el Universo está hecho de materia y energía. La materia está compuesta de átomos y moléculas (que son grupos de átomos) y la energía hace que los átomos y las moléculas estén en constante movimiento, girando alrededor de sí mismas, vibrando y creando la vida.

Lo que es aún más interesante es que la física se ha preocupado tanto por estudiar la materia que creó una rama llamada física de partículas, la cual estudia los componentes elementales de la materia (átomos y partículas subatómicas) y las interacciones entre ellos.

Esta rama de la física, según ha ido descendiendo en el mundo microscópico, ha descubierto que las partículas parecen desvanecerse en entidades ondulatorias o vibraciones. Que la materia esté esencialmente vacía, no es que los átomos y las moléculas no existan sino que al ver más a detalle lo que se encuentra es un intenso palpitar de partículas que se crean y se destruyen continuamente. Es así que “el vacío” está realmente lleno e impregnado de campos de energía.

Y la cosa se pone aún mejor, ya que si bien nos imaginamos a las partículas subatómicas (electrones, protones y neutrones) como pequeñísimos  puntos, existe la famosa “teoría de cuerdas”, cuya idea esencial es que si viésemos una partícula subatómica con un microscopio muy potente nos daríamos cuenta de que, en realidad, no es un punto, sino un pequeño lazo o cuerda que vibra en el espacio-tiempo. Dicho de otra forma, estas cuerdas son “estados vibracionales” y lo que hace “vibrar” a estas cuerdas es la energía.

Ahora vamos directo a qué es eso de “vibrar”, que es la “frecuencia” y la “resonancia”.

Una vibración es la propagación de ondas de energía y se puede considerar como una oscilación o movimiento repetitivo.

Una frecuencia es la cantidad de veces que oscila (sube y baja) una onda de energía durante un segundo y se mide en hercios o Hertz (Hz).  Básicamente, la frecuencia es la “ música” en la que se mueven los átomos de la materia.

Y la resonancia es el fenómeno que se que se produce al coincidir una frecuencia interna con otra externa.
Nikola Tesla, el inventor de la radio, decía: “Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración”.

Cuando en nuestra Tierra hablamos de vibración estamos partiendo del hecho de que todo es energía pues la energía es lo que “controla” a la materia.

Lo que llamamos materia no son más que movimientos vibratorios. Todo en el Universo tiene una vibración molecular, nada está en reposo, todo se mueve, vibra y circula en distintas “frecuencias” que se comunican entre sí.

Las personas vibran porque están formadas por átomos y moléculas que responden a la energía.

Lo fascinante es que no solo vibramos a un nivel físico, pues no solo somos un cuerpo físico, somos seres compuestos por diferentes dimensiones o cuerpos: el físico, el energético, el emocional, el mental y el espiritual.

Cada uno de estos cuerpos tiene una función específica y aunque esto aún no ha sido comprobado del todo por la ciencia, es importante conocerlo, pues nos ayudará a ser conscientes.
Ser Consciente significa sencillamente: darte cuenta. Un ser consciente es aquel que siente, piensa y actúa con pleno conocimiento de lo que hace y de lo que es; así que quiero hablarte de cada uno de tus cuerpos para que puedas “darte cuenta” a qué “frecuencia” estás “vibrando” y cómo esto afecta tu vida.

Los 5 Cuerpos

El cuerpo físico es el que actúa, el que hace, ese que vemos a simple vista y que nos sirve de “vehículo” para actuar y experimentar la vida material.

El cuerpo energético, también llamado etéreo o vital, es el que anima a nuestro cuerpo físico y está unido al mismo. Este cuerpo es como un doble o un gemelo electromagnético de nuestro cuerpo físico, ya que es la suma de todos los sucesos eléctricos y magnéticos causados por la actividad neuronal del sistema nervioso.

El cuerpo emocional, también llamado astral. Es el que siente, en él viven y se acumulan todas nuestras emociones y, contrario a lo que se piensa, las emociones no están localizadas en ningún sitio exacto de nuestra anatomía sino que están a otro nivel que no es el físico.

El cuerpo mental es el que piensa, en el que se registran todos los eventos de nuestra vida y en el que viven nuestros pensamientos, los cuales por cierto no se originan en el cerebro (hasta la fecha ningún científico ha podido localizar la mente en el cerebro) si no en este otro cuerpo que se expande alrededor de nosotros como un “campo de energía”.

Por último tenemos el alma que nos conecta con el plano o la dimensión espiritual, la energía que lo crea y lo impregna todo.

El alma quizás es la parte de nosotros en la que más nos cuesta creer, pero hay que reconocer que generalmente solo creemos en aquello que podemos ver cuando nuestra visión es tan limitada que ni siquiera podemos ver los átomos. Así que “ver el alma” no es una cuestión de “buena vista” sino de consciencia (darte cuenta) y eso más que una meta es un proceso, un camino que cada cual hace a su ritmo.

Para entender mejor tus cuerpos imaginá que sos una pirámide o un edificio; en la base o primer piso se encuentra tu cuerpo físico y, al mismo nivel, tu cuerpo energético o electromagnético, pues están entrelazados.

En el segundo piso de este edificio o pirámide que tu eres se encuentra tu cuerpo EMOCIONAL, en el tercero tu cuerpo MENTAL y en el cuarto pisto tu ALMA

Los cuerpos SUPERIORES controlan a los cuerpos INFERIORES, por lo tanto tu mente controla y modifica tus emociones y tus emociones controlan y modifican tu cuerpo físico, por ello es que al conectar con el alma podemos controlar y modificar todos los cuerpos inferiores.

En otra ocasión intentare explicar este tema del “alma”, por el momento vamos a enfocarnos en los demás cuerpos porque la energía que emana de todos ellos pone en movimiento determinadas vibraciones que determinan nuestra frecuencia.

Y recuerda que la frecuencia interna “resuena”, es decir, atrae o repele frecuencias externas, así que lo que experimentamos en nuestra vida no es una casualidad sino el resultado de nuestra vibración y frecuencia.

Todo pensamiento, intención, sentimiento, deseo o acto ¡Vibra!... así que debemos darnos cuenta de ello y aprovechar nuestro libre albedrío para ELEGIR como queremos vibrar y en consecuencia como queremos vivir.

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