LOS FESTIVALES EN EL CINE

por Miguel Mendez, fuente: https://mytierraadentro.com/

Los festivales en el cine Pitiquito eran frecuentes en al año. Normalmente eran organizados por la escuela primaria y su Director el Profesor Francisco Burruel, mi tío. Burruel, como se le conoció en el pueblo, es la única persona que andaba todos los días, los 365 días del año, de corbata, fuera invierno o verano, lloviera o cayera lumbre del cielo. Fue famoso por eso y porque siempre traía algún libro, revista o periódico bajo el brazo. Fue muy entusiasta, muy entretenido y buena persona; educó a muchas generaciones durante más de 30 años. Entre la chamacada era célebre porque a todos nos decía “Indio”. “Qué hacen indios”, “indios compórtense”. Hoy, con toda seguridad algún padre de familia lo hubiera demandado por “discriminación y Bullyng”. Nosotros nos reíamos y lo imitábamos. Fue el Director de la escuela primaria José Carmelo, pero también tenía plaza y daba algunas clases en la Secundaria Ignacio Manuel Altamirano. Excelente Basquetbolista, además.

Cuando por alguna razón la escuela primaria necesitaba algún arreglo de albañilería o arreglar sanitarios o comprar material de limpieza como escobas, trapeadores etc. O material deportivo como balones, pelotas, guantes etc. Burruel organizaba un festival, que consistía en un evento para todo el público, que se presentaba en el Cine Pitiquito, con unas dos horas de duración y en el que se presentaba de todo: Sketch cómicos, declamaciones, cantantes, bailables, músicos, etc. Burruel les llamaba “Programa Literario Musical”. Se elaboraban boletos y se vendían a las mismas familias como una forma de cooperación, para juntar dinero para la escuela.

Cada salón, de primero a sexto año, debería presentar algo, y la responsabilidad recaía en el maestro o maestra del grupo, quien organizaba el número musical, bailable o actuado, con el que debería participar en el Festival.

Se hacían en el cine en algún día entre semana que no había proyección de películas, lunes. Miércoles o viernes. Pienso yo ahora, que eran en el cine por varias razones: Era un lugar cerrado y para entrar necesitabas presentar tu boleto; tenía butacas y por lo tanto más cómodo; el sonido era mejor y todo se escuchaba súper bien y lo más importante creo yo, sin que me conste, pero casi estoy seguro, que Don Raúl Reyna no cobraba renta, es decir, prestaba el cine para el festival.

“El escenario” se montaba enfrente de la pantalla y consistía en unas tablas de 30 piés de largo por uno de ancho, puestas una al lado de la otra, sobre unos tambos de lámina de 200 litros. Una escalera lateral para que subieran y bajaran los “actores”. Y los actores no sólo éramos los alumnos de la escuela, también participaban algunos adultos, jóvenes o maduros, del pueblo que se prestaban y colaboraban gustosos en cada Festival. Atrás de la pantalla hábia un cuarto que servía de “camerino” donde nos vestíamos, nos maquillaban y nos preparaban para subir a escena.

Cada festival era un éxito rotundo en todos los aspectos. El Cine se llenaba a reventar, incluso con gente parada en los pasillos. Todo el pueblo se divertía y tenía una noche diferente de la rutina diaria. Diversión sana y alegría a raudales.

En lo personal recuerdo que me tocó actuar en dos festivales. Uno en tercero de primaria en un sketch cómico en el que actuaba de indito, vestido con pantalón de manta y con la tonadita al hablar. Debe haber sido muy cómico porque aún recuerdo las caras de la gente riendo hasta las lágrimas. Y otro en quinto de primaria en el que bailamos una polca creo.

Los Mazón cantaban precioso y eran infaltables en los festivales. Rosa María Mazón y Carlos “El Chale” Mazón. Cantaban con mariachi en vivo. El Chale se fue a vivir a Estados Unidos muy joven y por allá cantó también grabando algunos discos y cantando en Las Vegas en donde vivió hasta su muerte hace pocos años. Pancho “De la Chahua” cantaba también. Sixto Duarte declamaba, era buenísimo, sobre todo con “La Chacha Micáila” y otras por el estilo, con las que hacía llorar a todas las señoras. Los “Pitison” grupo de rock local tocaba y acompañaba a algunos actores. “Los Pitison” lo integraban, Homero Aguilar, que tocaba saxofón y era el director del Grupo, José Luis Monreal el “Kitito”, en el bajo, el “Güero Pesetón López” en la batería y en la guitarra no me acuerdo, ¿podría ser Chuy Heredia? Había otros integrantes, pero no los logro ubicar bien. Homero Aguilar, después se fue a vivir a Las Vegas también donde trabajo toda su vida.

También cantaban y se echaban sus “palomazos” el Güero Fontes, que además era fotógrafo, el Fili Montaño y creo que alguna vez también actuó Milo Castillo (Era Castillo?)

De los cantantes niños, en los festivales, pues “El Cachambito”, Alma Delia Mazón y creo que Mirna Mazón también. Las hermanas Parra, Azucena que tocaba el acordeón y la Popeta que tocaba la guitarra creo, también subieron al escenario alguna vez.

Mario León se presentaba con su muñeco "chucho cartucho" un gran ventriluco y comediante.

Con todo ese completísimo elenco de talentos locales se armaba el festival que entre los 6 números de cada grado de la escuela primaria, más las colaboraciones de los adultos y el grupo musical, fácilmente duraba dos horas o más. Si algo fallaba, lo cual era lo más normal, nadie se quejaba. Podía fallar el sonido, fundirse un foco, que alguien se cayera bailando, que a alguien se le olvidara su parlamento, alguien que faltaba porque se enfermó, etc. Etc. Pero todo era felicidad, todo era compañerismo y unión del pueblo en una buena causa.

En el Cine Pitiquito también había presentaciones de artistas foráneos profesionales. Durante los 40s y 50s fueron muy famosas las caravanas patrocinadas por alguna marca cervecera, “La Caravana Corona”, “La Caravana Carta Blanca”. Ahí venían artistas verdaderos de los que se veían en las películas, cantantes, cómicos, ventrílocuos, magos, etc. A mí ya no me tocaron, pero cuentan que Paco Miller y sus muñecos se presentó alguna vez. Yo solo recuerdo una presentación en el Cine Pitiquito de Ángel Infante, hermano de Pedro Infante, y que cantaba también. Lo recuerdo con su precioso traje de charro que le brillaba todo y el sombrero de charro hermoso. Un pistolón enorme al cinto. En una de sus canciones sacó la pistola y tiró tres tiros. ¡Me llevé el susto de mi vida! Tronaron fuertísimo y varios chamacos salimos corriendo asustados. Al menos yo, jamás había escuchado un balazo.

Hasta aquí mis recuerdos del Cine Pitiquito. Ya lo dije antes, lugar de ilusiones, lugar de magia y de fantasías, espacio que te hacia soñar y te llevaba a conocer otros mundos y otras culturas, otras costumbres; lugar de amor y desamor, lugar de encuentro, de unión.

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