Sonora tiene la zona de petroglifos más grande América Latina

En Sonora se observan petroglifos son un registro de las eras geológicas por las que ha pasado el planeta

HERMOSILLO, Sonora. Sonora cuenta con la zona de petroglifos más grande de América Latina, con 2 mil pinturas rupestres así como tiene formaciones rocosas que muestra del paso la vida paleozoica, mesozoica y cenozoica.

Carlos González León, investigador del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que en Sonora se observan las líneas y colores que en las piedras son un registro de las eras geológicas por las que ha pasado el planeta: Paleozoica, Mesozoica y Cenozoica.

El doctor en Geología por la Universidad de Arizona dijo que en el estado se han encontrado minerales pertenecientes a finales de la era proterozoica con un rango de edad que va de mil 770 a mil 100 millones de años.

Los grandes depósitos de agua como ríos y lagos fueron el hábitat de dinosaurios, cocodrilos, peces, tortugas, plantas, polen y otros reptiles, cuyos restos se encuentran hoy solidificados en el suelo, así como de los antepasados que dejaron muestras de sus civilizaciones y que en algunas zonas pueden ser admiradas por visitantes y turistas.

Por ejemplo, en la Sierra Prieta a unos 60 kilómetros de Hermosillo, se encuentra La Pintada, considerado como uno de los sitios arqueológicos más importantes de Sonora.

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En el cañón de La Pintada se pueden observar más de 2 mil pinturas rupestres relacionadas con la caza y los ritos de fertilidad. En la planicie aluvial del cañón se han localizado también los vestigios de los campamentos estacionales que se alargaron por toda la zona, en donde se pueden encontrar herramientas, pedazos de cerámica y otros artefactos.

Esta zona es considerada patrimonio cultural por la confluencia de los diversos grupos étnicos que plasmaron sus pinturas rupestres, consideradas como inéditas.

También están los petroglifos de Caborca, ubicados a cinco minutos de dicha ciudad, en los Cerros La Proveedora y San José, un destino para los aventureros que se dejarán sorprender por los seis mil grabados en piedra con formas antropomorfas, zoomorfas, fitomorfas, geométricas y astronómicos.

Todos ellos expresan la historia, identidad y cosmovisión de las etnias Tohono O’Otham, Mogollón, Anasazi y Hohokam que datan de los años 100 a.C. hasta mil 400 d.C.

Esta es la zona de petroglifos más grande de América Latina en cuanto a diversidad en dibujos grabados en piedra.

“La historia de la Tierra y de la vida está escrita en las rocas, las piedras se pueden fechar y con ello la edad de todos los eventos que han ocurrido desde su formación”, comentó el investigador de la UNAM.

En Sonora también está el Cajón del Jiósari, al norte de Chinapa, municipio de Arizpe, Sonora. El lugar consta de varios conjuntos de pinturas de color blanco, rojo y anaranjado, además de algunos grabados antropomorfos.

Cerro Trincheras es otra zona de gran importancia histórica, su característica más importante son las más de 900 terrazas sobre las laderas del cerro, algunas con una longitud de más de 300 metros.

González León expresó que el territorio sonorense es un muestrario del desarrollo de la vida, la tierra, los animales, los seres humanos, sus costumbres y formas.

Por Elsa Leticia Romero